Historiales reales de Cuba

Mi abuelo Pepe Antonio



Por Lucy Ramón.

Hoy primero de mayo se cumplen 42 años del último adiós que le dimos a mi abuelo José Antonio Ramón Cerviño y todavía mi memoria conserva imágenes de ese triste día. Tenía a penas 13 añitos cuando mi abuelito se fue, no sé si al cielo o al infierno porque, para serles sincera, mi abuelo fue un buen hijo,un buen padre,un buen esposo y un ABUELO muy bueno pero,era parrandero,mujeriego y jugador.No le gustaba el alcohol pero fumaba que,parecía una chimenea,tenía amarillentos los dedos índice y del medio pues encendía un cigarro con otro...¡Maldito vicio que me quitó a mi abuelito!Cuando dejó de fumar,ya era tarde,la enfisema pulmonar se había instalado en su frágil y huesudo cuerpo.

Ustedes dirán que,un mujeriego no puede ser buen marido...Jejejeje Se equivocan...Mi abuelita,que era un ser iluminado,lo entró en cintura desde el principio y él le tenía un respeto a su mulatica pobre de la loma,increíble. Mi abuelo era hijo de catalán y de una descendiente de españoles sin mezcla alguna...Su madre fue una Dama muy fina de clase,emparentada con las familias Vázquez,Figueredo y De Cespedes,quienes escribieron páginas heroicas en la historia de Cuba.

Mi abuela también era descendiente de barceloneses y franceses pero "por ahí andaba cerca un negro o una negra". Hace muchos atrás,vivir en la loma de Campechuela era comparable con vivir en Opalocka,Allapatha o en cualquier otro barrio donde se concentraba la gente más pobre y así y todo,mi abuelo se enamoró de la doncella de 13 añitos cuando él tenía 19 y era un chico de papá,no rico ni millonario pero,vivía bien y trabajaba como puntista en el central del pueblo.Oigan,ser puntista en aquel tiempo era equivalente a un ingeniero químico de hoy y mi abuelo ganaba cerca de 500 pesos cubanos que eran 500 dólares cuando el peso cubano valía.

Pues si,el libertinaje le duró poco a mi abuelito,desde que cayó en manos de mi abuela y comenzó a tener sus hijos su vida dio un vuelco total...Siempre muy trabajador,se mudaron para una casita pequeña en la que pasaron rachas buenas,regulares y malas.Cuando la cosa se puso fea,mi bisabuela les pidió que regresaran a vivir en la casona familiar.

Mi bisabuela Tella,adoraba a mi padre y quería tenerlo cerca...Antes,las familias se querían,se respetaban y por nada del mundo discutían...Bueno,eso fue lo que yo vi en casa de abuela Tella...Todos almorzábamos y comíamos juntos.Jamas vi a mi padre y ni abuelo sentarse a la mesa sin camisa,es más,si había calor permanecían con sus camisetas pero si llegaba visita o la hora de comer,cada hombre iba por su camisa. Cuando llegaban los hermanos,los tíos,los primos todo era alegría y felicidad para el familion completo y si los muchachos se peleaban,cualquier adulto presentaba una cutara y al momento se terminaba el pleito y nadie salía a fajarse por cosas de muchachos.

A mi abuelo no le gustaba que le regañaran a sus nietecitos y los nietecitos éramos de ampanga,Jejejeje...Cuando mi abuela o mis padres nos regañaban o castigaban,mi abuelo empezaba a toser y a "ahogarse" y a caminar desesperado de un lado al otro y como la enfisema le iba avanzando,mi abuela se asustaba y nos suspendía el castigo y entonces él nos miraba y nos guiñaba un ojo y se sonreía sin que mi abuela lo viera...Por eso,cuando nos regañaban por cazar mariposas o cuando mis primos se escapaban para bañarse en el mar,rápido corríamos a escondernos entre sus piernas y nadie se atrevía ni a mirarnos mal...Tremendo mi viejito.

Mi abuelo nos regaló un juego de monopolio y otro de cartas.Les dije que, en sus tiempos fue un jugador empedernido,parecía un mago embarajando,tenía una habilidad extraordinaria para manipular las cartas.Fue mi abuelita quien le quitó el vicio unos años después de casados,cuando tenían los tres primeros hijos.

¿Se recuerdan cuando les dije que mi abuelo amaba y respetaba a mi abuela? Bien...Un día él estaba perdiendo dinero en el pocker y empeñó una puerquita que mi abuela estaba engordando para pie de cría,al parecer,la suerte,ese día no estaba de su lado y perdió la puerquita...

¡Ay mamá!...¿Y ahora? Mi abuelita estaba cocinando cuando los acreedores tocaron a la puerta y le dijeron que decía Pepe que les entregara la puerquita.
Mi abuela,muy fina y sosegada les dijo:
_Diganle a su deudor que él no debió apostar lo ajeno,que se quite el traje, pague su deuda y venga desnudo para su casa.
Jajajajajaja...Al ratico,llegó el hombre en calzoncillos muy sonriente.
Mi abuela no le peleó ni le dijo ni pío.
Hasta ese día llegó la jugadera.
Hoy te extraño mi abuelito,sé que de alguna manera lees las cosas que escribo para ti,por eso,nunca me cansaré de decirte que siempre,siempre,siempre estarás en mi corazón.


El viaje de Mimisma
 
Por Lucy Ramón.

¡No hay tranquilidad!
Abro los ojos y me encuentro con unos bultos envueltos, listos para viajar. 

A Mimisma se le metió el loco y se va de viaje - Pensé.

_Ven acá, criatura, ¿se puede saber para dónde tú vas con esa cantidad de equipaje?. Por lo que veo, ahí va todo lo tuyo. ¿Es un viaje sin boleto de vuelta, por casualidad?
_ ¿Qué comes que adivinas?
_ No, yo no como nada, es simple curiosidad.
_ Pues mira, acertaste. La cosa es "guanguey". Me voy pa'Cuba.
_ ¿Queeee?. Ahora sí te volviste loca, como está Cuba ¿y a ti te da por irte para allá?
_ ¡Qué boba eres!, ¡Ahora es que Cuba está buena!.
_ ¿Buena? ¿y hay miles de cubanos dando la cañona por Costa Rica, Ecuador y Nicaragua para que los dejen pasar y llegar a este país?
_Oye, ¡olvídate de eso!. A ese grupo de cubanos no se les ocurrió la idea pero a mí sí.
_ ¿Qué idea?, hija si ya al cubano se le fundió el cerebro de inventar, tratando de sobrevivir y buscando la manera de escapar del infierno.
_ Jejeje, me da gracia tu inocencia, ¿No te ha caído el veinte?
_ Que veinte ni que veinte, cuando llegues allá y choques con la realidad, no me estés llamando para que te mande dólares ni me contacte con nadie para traerte en lancha o te saque por otro país. A mí no me vas a coger para eso. Estás advertida, eh.
_ ¿Ya terminaste?
_ Si, ya terminé de hablar.
_ Atiéndeme, ¿tú te crees que yo voy a caer de "flay" allá sin crear las condiciones?. ¡No seas boba!. A ti te pasan las cosas por eso mismo, por ser tan honesta y por estar creyendo en que todo el mundo es auténtico y piensa como tú. Despierta querida, en otros tiempos, la gente, aún metida en negocios sucios, tenía palabra y confiaba pero ahora, ahora no se puede creer ni en la ropa que traes puesta. ¿Tú de verdad confías en esos que dicen que están luchando por Cuba libre?¡Bah!. Los que de verdad están dispuestos a hacer, prácticamente nadie los conoce, sus nombres no existen, para los tracatanes de aquí, los que cuentan son los de siempre, los que se han creado una imagen y han aprendido a sacarle lascas a su "lucha".
_ Jajajaja
_ ¿Y esa risa, a qué viene?. No me vayas a decir que esas estrellas opositoras son pozos de patriotismo. Empezando porque, algunos fueron ñangaras castristas y otros cayeron en prision por delincuentes rateros y los hay que hablan muy lindo acerca de justicia, derechos y pacifismos y son metedores de golpes y abusadores con sus esposas. Hay uno que, era famoso en su pueblo por las palizas que le daba a su esposa, por cierto, la esposa era una dama de blanco, la traicionó con otra Dama. Jejejeje el tipo es adicto a las mujeres valientes.
_ A mí no me interesa eso, Mimisma.
_ Espera que no terminé el cuento. Te decía que el "famoso luchador", le pegaba a su esposa, le fue infiel con otra, esa otra le parió para asegurar su billete y sus viajecitos ¿y sabes cómo terminó todo?
_ No ,no sé.
_ El VIOLENTO "activista de los derechos humanos" ,también le fue infiel a la segunda víctima y ahora se casó con una muchachita de veintipico, a la que le lleva unos cuantos añitos y para sellar su historia de amor, se ha comprado tremenda casona en La Habana. El guajiro se cepilló y aprovechó la onda de la "lucha por la libertad de Cuba". ¡Y qué vivan los dólares para la demo-CASA!
_¿Yyyyyy?
_Yyyyy...Nada!. Canta conmigo dale, al compás de "María la mexicana". 
Yo soy Mimisma la opositora
que fui a La Habana y me quedé.
Compré mi casa con donaciones
Igual que hizo Bertha Soler
Jejejejeje.
_ ¿Qué te parece?
Ni le contesté. Eso es un caso perdido.



Mi tía y su hijo

Parte I
Por Lucy Ramón.


Si hay alguien que quiero con el alma es a mi primo Pepe Romero, él era primo de mi abuela pero, en mi familia, como les he contado, no hay eso de primo primero, segundo o tercero. Pepe era mi primo y punto. Desde niña lo vi tan lindo, tan macho y tan bueno con su madre, con su esposa y sus hijas que, busqué la manera de estar siempre cerca de él.

Cuando mi tia Mercedes me matriculó en la escuela de enfrente a su casa, me dio una alegría muy grande, algo me decía que me quedaría atada a ella para siempre. Mi tía era bella, tenía un carácter muy fuerte. Solita crió a su único hijo porque según ella, no había nacido para aguantarle paquetes a nadie (¿se me pegaría eso a mi también? ). Nunca tuvo otra relación y lavando, planchando y cosiendo para la calle sostenía su humilde e impecablemente limpia casita.

Mi tía era desquiciante con la limpieza y el orden (también me pegó esa matraquilla). ¡Pobrecita mi tía!, de tanto lavar a mano, tenia los dedos deformados. Hacía almidón de yuca y almidonaba hasta los calzoncillos de su hijo. Vivía "sobando" las camas, cada vez que entraba y salía del cuarto les pasaba las manos para estirar cualquier pliegle, imagínense que ella planchaba aquellas sábanas que parecían cocos de lo blancas que estaban. No me lo creerán, mi tÍa planchaba las tiritas del ajustador y cuando mi primo, se tiraba debajo de su carro a mecanicar, lo hacía vestido de planchado, jamás esa ropa volvía a su cuerpo con una mancha de grasa.

Ella y su hijo eran compincheros, conversaban todo el tiempo y sin tantos conocimientos de psicología, mi tía sabía cómo timonear el carácter de mi primo que, por cierto, era como el de ella de difícil e intransigente, cuando se encaprichaba con algo, nadie lo sacaba de ahí, sólo mi tía, con sus mañas, su amor de madre y su arte para decirle las cosas.

Y ustedes se preguntarán; ¿y a qué viene esta historia tan común?

¡De común nada!, estos dos seres, dejaron una huella imborrable en mi corazón y si en alguna ocasión les he contado sobre ellos, me disculpan, porque son tantas las veces que hablo sobre mi tía y su hijo que, no sé si lo escribí, así que hoy quiero asegurarme de que esta historia quede escrita en alguna parte.

Cuando mi primo Pepe, se convirtió en un jovenzuelo, mi tía le daba su dinerito los fines de semana para que invitara a sus novias al cine. Nunca llevó ninguna a la casa porque ese privilegio se le daría a la que clasificara para ser su esposa y esa regla se cumplió. No se crean que, por ser único estaba "enfalda'o", como mi primo era tan lindo y siempre andaba tan presentable, mujeres de todas las edades y "estatus"(casadas, solteras, divorciadas) se volvían locas con él pero, mi tía nunca las conoció, supo de esas conquistas porque se lo contaba a su mejor amiga: mamá.

Un día, una de esas enamoradas, logró conquistar su corazón pero, según investigaciones (secretas) de mi tía, la mujer no era de muy buena "reputación", tenía dos hijos varones y al parecer, su vida era un libro desencuadernado y los muchachos no la respetaban. Mi primo trajo a la señora con los niños pero los dejó en el carro y mi tía, la escuchó cuando ella los instaba a decirle papá a mi primo y uno de los niños se negaba rotundamente a cumplir ese mandato. El carro temblaba del griterío que se formó, ella a que si y el niño a que no... ¡Jum!. Se le estaba complicando la vida a su tesoro (pensaría mi tía) y ya era hora de tomar acción.

Por la noche, cuando Pepe volvió del paseo, se le veía extenuado, aquellos muchachos de unos once y trece años respectivamente, le habían dado un día de chupa y déjame el cabo. Mi tía permaneció calladita, estaba segura de que en cualquier momento, su hijo soltaría la sopa. Cuando terminó de comer, mi tía se sentó en el balance y Pepe ocupó el suyo.

- Te ves cansado mi'jo.
- Un poco, mamá, hacia mucho calor y en ese parque había un sol de madre.
- ¡Oh!, pensé que habían ido a la playa.
- Nooo, eso querían los muchachos pero la ida al parque fue suficiente. 
- "Suficiente", ¿por qué?
- Na' mami, esos muchachos viven fajándose, la madre gritándoles, ninguno de los dos la respeta, yo quise controlarlos y me dijeron que yo no era su padre y cuando ellos montaban los columpios... ¿tú sabes lo que me dijo el más grande? -Tú no puedes regañarme porque no eres mi padre -…¿y tú sabes cual fue la respuesta de la madre cuando le di las quejas? - Bueno, ellos son chiquitos y no saben y no están acostumbrados.

Mi tia calladita. 
- ¡Ay mamá, no sé qué hacer!, a mi me gusta mucho esa mujer y ella y yo solos, no tenemos problemas.
- Pero resulta mi'jo que, usted y ella no estarán solos nunca. Ella es madre y las madres siempre van a tirar pa'los hijos y si son chiquitos más.
- Pero mamá, yo estoy enamorado de esa mujer.
- No, tú no estás enamorado, tú te sientes atraído por la "hembra". Si tú estuvieras enamorado, no verías la malacrianza de esos muchachos, ni estarías con esa duda. Lo que pasa es que ... y ... halan más que una carreta, el punto es, no dejar que te halen la cabeza porque la pierdes.
-Tú siempre en lo mismo, jajajaja.
- ¿Quieres oír algo?
Mi tía no esperó el si y siguió hablando.
- Si después que sales de la cama de esa mujer, tú crees que no puedes compartir tu vida con ella por sus hijos o porque ella no reúne realmente las cualidades que esperas de una esposa, creo que debes hacer una lista de lo bueno y lo malo y luego suma a ver qué te da.
- Pero bueno mamá, quizás las cosas cambien, los muchachos están grandesitos y lo del reguero de su casa puede mejorar. No todas las mujeres son tan pulcras como tú.
- Si van cambiar o no, eso sólo lo sabes tú que la conoces y sobre los niños, lo único que te puedo decir es que, entre más grandes peores se podrán, se convertirán en hombres y pueden desafiarte y en una bronca de esas, tú tienes las de perder, las mujeres siempre defenderán a sus hijos, al menos, yo lo haría. Cuando las madres le han permitido falta de respeto a sus hijos y no tienen autoridad sobre ellos, el hombre que llegue a imponer disciplina será un extraño para ellos. No todas las mamás castigan y ponen correctivos y esas son las consecuencias. 
- Jummmm...el chiquito se lleva mejor pero, a veces, coge celos con la madre.
- Mañana, cuando salgas del trabajo, pasa por su casa y me cuentas, para entonces te daré mi opinión porque con sueño, mi mente anda virada y no es bueno andar de consejera.


Mi tía sí sabía el consejo que su hijo necesitaba pero también estaba convencida de que no era el momento de darlo.

Continuará.




Parte II
Por Lucy Ramón.


La familia de mi abuelita paterna no era tan leída ni escribida y sin embargo, las mujeres, mis tías- abuelas, primas, etc., eran sabias, tenían una intuición y una picardía increíbles, quisieran muchas doctoradas tener la inteligencia y la astucia de esas mujeres. Tuve la dicha de conversar mucho con ellas y me contaban pasajes de sus vidas con tremenda confianza. Desde muy niña, me gustaba oír conversaciones de la gente grande y me acostumbré a observar y a callar.


Nunca vi a ninguna de esas mujeronas discutir con sus esposos, tampoco vi a sus esposos gritarles, ni abusarlas, ¡cuidaito!, qué las mujeres de mi familia son mansas y buenotas pero "el macho cimarron sabe del palo que se rasca", creo que mis primos y tios (políticos) amaron con pasión a ese ejército de féminas bellas y virtuosas; digo ejército porque eran muchas, ya quedan pocas, la mayoría están con Dios, a penas me quedan, dos o tres de las más viejas que, aunque no nos veamos, sabemos el amor que nos tenemos.

Poco a poco les contaré sobre las que ya no están y las que aún viven y les adelanto que, estas últimas son muy felices con sus esposos, sus hijos y sus nietos. Pues si, esa noche de confesiones, mi tía Mercedes sabía que cualquier opinión que diera acerca del tema, cuando a su hijo se le pasara el enojo, la tomaría en negativo y luego sería procesada como la opinión "egoísta" de una madre "celosa" de su único hijo. 

Al mediodia, cuando mi primo vino a almorzar, como de costumbre, le sirvió poniendo los platos dobles, el llano grande sobre un "doble" de saquito de harina, bordado a mano por mi tía virtuosa, con una florecita y almidonado y planchado, listo para la mesa de su rey, luego otro plato más con un potajazo que revivía a un muerto. Era pobre la mesa pero estaba servida con el amor más grande del mundo. Como no hubo alusión al tema, mi tía continuó con su faena hogareña, Pepe se tiró a dormir la siesta en aquel piso brillante y frío y después de un par de reconocidos, se levantó y se fue.

-Yo sé que él anda con la cabeza hecha agua por esa mujer.
Me comentó preocupada. Quién sino ella para conocer a su hijo. Pasaron los días y para mi primo, la mente de mi tía seguía "virada"...Jajaja, mi tía tenía prendido el bombillo las veinticuatro horas. Si pasó un mes o menos no recuerdo, lo que sí me sorprendió fue la llegada de mi otra tía, (hermana de ella) que vivía en Campechuela y llegó acompañada de su ahijada, una muchacha muy linda, algo guajirita pero con clase.

Recuerdo que tenía puesto un relojito de pulsera, su anillito y su cadenita de oro. En aquel tiempo, una joven con esos detalles, se consideraba alguien que no era tan pobre. En cuanto la vi con aquel pelo debajo de la cintura y sus ojitos claros, enseguida pensé en mi primo...."en cuanto la vea, se enamora"... (siempre fui muy maliciosa). Para que vean, a mi primo le llamó la atención pero nada de "wow". Hubo presentaciones y hasta ahí. En la noche, él cogió calle y mis tías se quedaron maquinando.Yo estaba como un resorte pendiente a todos los movimientos para ver si había pensado mal.

Me hice amiguita de la ahijada desde el primer dÍa, a ella le gustaba que la peinara y le hiciera trenzas. Cuando se lavaba la cabeza, la ayudaba a hacerse el torniquete, muchas veces me escapaba en el receso y la maestra me regañaba porque ayudarla a ponerse los ganchillos era muy engorroso en ese pelambre largo y abundante me tomaba mucho tiempo. 

Si la ahijada iba para sala, para allá me mandaba mi tía a ver y oÍr las conversaciones con mi primo y me volví experta en miraditas y "flitreo". No hablaban nada importante,a penas intercambiaban algún saludo. Qué podría conversar una jovencita de unos 19 o más (de aquella época) con un hombre que le llevaba como unos veinte años, no los aparentaba pero los tenía. 


La ahijada era peor que mi tía con la limpieza y el orden, era el clon de mi tÍa, a la verdad. Nadie tenia que mandarla a hacer las cosas y se notaba que no lo hacía para ganarse a nadie, era su costumbre fregar en cuanto terminaban de comer, se levantaba temprano a ayudar a mi tÍa en todo. Hasta confieso que sentí celos de esa concomitancia de la ahijada con mi toa porque todo el tiempo estaban cuchicheando y ya mi tía no cruzaba enfrente a darme la mano cuando salía al mediodía de la escuela. Ahora mandaba a la ahijada y algunas veces venia por mi.

Continuará.






Parte III
Por Lucy Ramón.

No recuerdo con exactitud qué tiempo se pasó la ahijada, sé que mi otra tía se regresó y ella se quedó al cuidado de mi tía que era una fiera en eso de cuidar la virginidad y la moral. Ahora si me convirtieron en la guardiana pública de la muchacha y mi primo ni se le acercaba, él sabía que mi tía no se prestaba para sinverguenzuras de ningún tipo. Cuando mi tía Cota, regresó ya la ahijada campeaba en la casa, le ponía la mesa a todos, salíamos a hacer visitas a amistades cercanas y todas las amigas de mi tÍa quedaban impactadas con las maravillas de aquel pozo de virtudes que mi tía tenia en su casa. 


Las primeras en quererla fueron las galleguitas, unas viejitas solteronas, muy recatadas que querían mucho a mi tía y soñaban con ver casado a mi primo con una buena mujer. Desde el primer día quisieron a la ahijada. Como ya les he contado, a las mujeres de mi familia les gusta "el café fuerte y el chocolate espeso", por eso, un buen día, estando solitas en la casa, mi tía le preguntó a la ahijada de su hermana:

-Venga acá mi'ja, ¿usted quiere casarse? (mi tía sabía que a la ahijada le gustaba su hijo. Unas cuantas veces la habíamos sorprendido muy embelezada mirándolo cuando él daba la espalda).
- Si tía, si quiero casarme pero todavía no tengo novio.
- Eso ya lo sé, Cota me contó que nunca haz tenido novio pero, ¿y si se te presenta algún enamorado, lo aceptarias?
- No.
- Y por qué, mi'ja? (Incidió mi tÍa con malicia).
- Ah, porque el que yo quiero no me quiere.

Mi tía acaba de confirmar todo lo que necesitaba, a partir de ahora, era cuestión de tiempo y tacto. La ahijada se fue a su casa y volvimos a quedarnos solas. Cualquiera pensaría que vivía con mi tía pero no, no vivía con ella, sucedía que mi escuela estaba en la acera de enfrente y cuando llegaba tempranito algunas veces, ella me tenía listo mi café con leche. En el receso volvía a tomar agua fría y a llevarle a mi maestra. Cuando nos soltaban, mi tía se asomaba y me cruzaba la calle porque los carros de la policía y los "caballitos" parqueaban en la estación de la motorizada y bajaban la loma que parecían rayos. Los otros carros hacían lo mismo y a mi tía le daba miedo que me pasara "algo".

Ella no me dejaba ni comer mamoncillos, decía que me ahogaría y cuando lograba que me los comprara, me los trituraba o me obligaba a masticarlos como si fuera una nenita y ya yo era una "tarajallua" (jajajaja). Cogía unas luchas con eso de que podía ahogarme que, un día me llevó a dos cuadras, en su misma acera para que viera la foto colgada en la pared de un vecinito que se había ahogado con un caramelo.

- Pero tia, ese niño tenía tres años y yo tengo diez.
- ¡No me importa!, cualquiera se ahoga y ese susto no lo paso… ¡Me muero!.

A mis diez años creía que mi tía era una vieja exagerada y caprichosa, hoy recuerdo lo nerviosa que se ponía al verme comiendo mamoncillos, hoy, hoy supe lo que mi tía me quería.  Ahora me doy cuenta que para ella, yo era su hija, la hembra que no tuvo y quizás deseó tener. La vida, no me dio tiempo para decirle cuánto la quería pero sé que ella estaba convencida de que yo la adoraba.

Cuando salía de mi escuela, almorzaba con mi tía y a eso de las dos o las tres, me iba a mi casa y cuando me bañaba le decía a mi mamá que iba a hacer la tarea en equipo y recogía en su casa a alguna amiguita de mi clase y en el pasillo de casa de mi tÍa, me tiraba en el piso a estudiar. Si había alguna merienda, me la daba y al caer la noche, regresaba a mi casa.

Gracias a mi tÍa Mercedes, aprendí a peinarme sin romper el peine. Ella tenía un peine de carey que lo cuidaba como un tesoro y no dejaba que nadie lo usara pero a mi me lo prestaba luego de una sesión de explicaciones prácticas de como desenredar un "nido de gallina". Empezaba por las puntas y poco a poco iba subiendo hasta lograr que cada hebra se organizara,  ¡Qué paciencia!, ¡Cómo sabía hacer cosas mi tía!.

Nadie como ella para limpiar, lavar, planchar, cocinar (hacía una sopa de pescado riquísima), sobaba el empacho y "cortaba" la "disipela" o culebrilla con una tijera y oraciones. A veces, me santiguaba con un ramito de albahaca porque decía que yo tenia "mucha vista".

¿Mucha vista? (pensaba), ¿quién mirarÍa tanto a una niña?, pero si tía lo decÍa, por algo era, ella era una estrella que había pedido permiso para vivir acá por un tiempo y luego volvería a subir. Por eso, cuando miro el cielo y veo pocas lucecitas parpadeando, trato de encontrar las que más brillen, estoy segura que una de esas, es mi tía Mercedes.


Continuará.







Parte IV
Por Lucy Ramón.


Qué creen, ¿que porque mi tía murió cuando yo tenia trece años, no la lloro y siento su ausencia?. Cada vez que su carita linda levanta la tapa de mis recuerdos y se asoma a mi mente, una mezcla de dolor y alegría se adueña de mi y escucho su voz pausada diciéndome:


- Mire mi'ja (así me decía) cuando usted vea los rincones de una casa sucios, los rodapies manchados con una línea de churre formada por el roce de la frazada, cuando vea esa frazada puesta en el trapeador sucia, cuando usted una mujer tenga la tira del ajustador torcida y limpiandole los mocos a los muchachos con la bata de casa que trae puesta, con la mano o con la misma ropa de ellos, en esa casa, no tome ni agua. Eso es igual a llegar de la calle e ir directo al refrigerador sin lavarse las manos, tomar en un vaso marcado de labios, de café o sentarse a la mesa sin peinarse y con las manos sucias-.

Esa cantaleta era diaria y constante. No le gustaba que la gente se manoseara el pelo y si veía uno, ahí mismo la formaba pero yo me hacía la que no la oía y como a ella le encantaba peinarme, arrastraba mi banquito hasta su balance con el peine en la mano y venía mansita a peinarme, era su terapia. Desde el primer peinaso le pedía que me hiciera cuentos o anécdotas, a ella le gustaba hablar y contarme cosas. Cuando se le acabó el repertorio me repetia una y otra vez las mismas y yo me daba por sorprendida como si me estuviera contando algo nuevo.

Mi primo Pepe, entraba y salía, a veces contento, otras no tantas, a cada rato la casa estaba llena de parientes que venían a Santiago y mi tía no paraba atendiendo al batallón.  Recuerdo que la primera vez que vi una grabadora fue el día que mi primo trajo una y me grabó todas las boberías que dije y las reproducía para reírnos. Ese día estábamos en el comedor mis tías Mercedes, Cota y Concha, mi primo Pepe y la ahijada. Habían llegado en la madrugada y al parecer, el regreso de la muchacha, le causó a mi primo una gran alegría. Tia Cota hablaba y la grababa, hablaba tía Concha e igual, a reírnos todos, como unos tontos.

La ahijada no decia ni Ji, le daba pena que la grabaran, finalmente, cuando el jueguito parecía haberse acabado, la muchacha habló algo y cuando mi primo puso la grabación, se puso roooooja de la pena. Estábamos gozando con aquel artefacto, como si fuéramos unos niños. Ese noche, mi primo no salió. En aquel tiempo en algunas casas había tv pero la señal era malísima y a nadie le llamaba mucho la atención y las personas eran felices cuando visitaban a sus parientes y se sentaban a conversar, tomaban un café y los muchachos jugábamos a la tacha, a la cinta, al escondido, etc. Esa era la costumbre, o bien se visitaban o sacaban los taburetes y balances para la acera y …¡a conversar se ha dicho!.

Un día, sorprendí a mi primo mirando a la ahijada de refilón y enseguida se lo dije a mi tia Mercedes. 
- Tía, Pepe la miró con ojos de novio.
- No se lo diga a nadie, mi'ja.

Esta vez, las visitantes no se pasaron tantos dias y según se fueron, mi tía llamó "a capítulo" a su hijo.¡Era el momento de dar el consejo!. Para que mi tía no me mandara para mi casa, disimule estar haciendo una tarea, paré mi "guataca" para no perderme ni el sonido de las moscas.

- ¿Mi'jo usted va a salir hoy en la noche?
- Si, ¿por qué?, voy a casa de (......) a ver si se arreglan las cosas. Ella dice que va a becar los muchachos, así que sólo vendrán cada quince días.
- Mire mi'jo no se engañe, usted lo único que quiere de esa mujer es su sexo. 
- ¡Ay mamá, no diga eso! Yo tengo otras mujeres y si fuera por....
Mi tía lo interrumpió. 
- Usted es dueño de su vida y lo que usted decida, a mi no me quedará de otra que aceptarlo como madre y si esa es la que quiere, pues agarrela y casese con ella. Le prometo que haré hasta lo imposible por quererla pero escuche bien esto: El amor se hace, se construye con los años, con la fuerza de echar adelante una familia y no hay nada como la primera vez. Si te casas, el día de la boda ella estará comparándola con su boda anterior, si tienes un hijo, ella estará pensando todo lo que pasó alrededor de sus partos anteriores, sus hijos siempre sentirán celos de tu hijo, te pasarás la vida lidiando con hijos ajenos que quizás lleguen a respetarte pero nunca, aunque te esfuerces, te verán como un padre. Si fueran más pequeños y tú los educarás, las cosas fueran diferentes. Te digo hijo que lo pienses. Si esa mujer va a becar a sus hijos para estar feliz con un hombre, no esperes que será una buena madre con los tuyos. Los hombres quieren a los hijos de su mujer, en la medida que ella los amen.
Además, si tú tienes la posibilidad de hacer una vida con una mujer buena y de contra linda, bien bobo eres si no aprovechas -.

(Y en ese momento mi tía dio su estocada final)

- Ahí la tienes, a la ahijada de mi hermana, la muchacha está boba contigo.
- ¡Ay mamá!,¿que te pasa?, esa muchacha es muy niña pa'mi. Tú sabes que me gustan las mujeres con experiencia.
- Jajaja, ¿así que mujeres con "experiencia"?¿y quién enseñó a esas mujeres?
- ¡Sus maridos!¿quién si no?
- Pues agarra a tu mujer virgencita y vuelvela una "bandolera" para ti.

Hasta yo solté la carcajada, eso de volver bandolera a la ahijada, me causaba gracia, más cuando recordé aquel dia que mi primo la grabó y mientras todos nos reiamos, ella se moría de la pena. Mi tía se puso pie y con la mano en el hombro de su hijo le preguntó:

- ¿A ti te gusta la muchacha, si o no?, si me dices ahora mismo que ni siquiera te llama la atención, hoy mismo traime a esa que tú dices que quieres. Ya yo estoy vieja y enferma y sino te apuras, no conoceré a mis nietos.

Mi tía no mentía, ni le hacía teatros al hijo. Mi primo estaba seguro de que su madre querría a la mujer que él quisiera. 

Continuará.








Parte V
Por Lucy Ramón.

Después de unos minutos, mi primo le dijo a su madre:
- Mamá, la ahijada es bonita pero a mi me da miedo causarle un desencanto y rayarle su cara a usted delante de todo el mundo y de la familia.
- Mi'jo usted no se sienta obligado, pruebe a enamorarla, converse con ella pero, eso si, ni se atreva a "tocarla" porque lo mato.

Cuando aquello no habían celulares, ni internet, ni fax de lo contrario, hubiera pensado que tía Mercedes le envió un email a su hermana. Al otro dia, estaban ahí de patria o muerte, ¡ay, no!, nada de patria o muerte, eso suena castroide. 

Al otro día tempranito llegaron las dos. Hubo risitas malisiosas entre hermanas y la ahijadita se había espabilado un poco. Cómo empezó el noviazgo, no lo sé, a mi me ponían a hacerle guardia a la virginidad de la novia y luego me interrogaban:
- ¿Qué están haciendo?, si se besan, nos avisas, cuando quieras ir al baño, llámame, ¿de qué hablan?, ¿qué le dice el?, ¿qué le contesta ella?.
- Nada tia, si tia, yo te aviso tia, no sé lo que dijo, tía,..¡Dios!. Parecían dos verdugas las dos, pero a mi me gustaba el show, me sentía importante. Todos ellos dependían de mis observaciones, jajajaja. 
¡Rianse! Como ya lo del noviazgo era un hecho, mi primo y la ahijada se daban besitos de piquito y yo me reía, velando a mis tías para que no interrumpieran el romance.
- Ahora, ¡dale!, ellas están conversando en la cocina, jijijiji
Eran besitos sanos. Mi primo, tan viejo parecía un adolescente. ¡Cómo gozamos!
Nada de mates, ni recabuchadera.

Enseguida mi tia inventó viaje pa'Campechuela para formalizar la relación con los padres de la novia que, al parecer estaban al tanto de todo y confiaron en la comadre para que cuidase de su hija. Eran vecinos muy buenos de mi tía Cota y desde antes de nacer la niña, la escogieron de madrina.  Como cosas del destino, la salud de mi tía Mercedes se deterioró en poco tiempo. Comenzó a retener líquido y sus riñones poco a poco, dejaron de funcionar.

Mi primo y la ahijada, finalmente se casaron y mi tía paparadójicamente se puso celosa con la nuera. Cuando regresaron de la Luna de Miel, mi tia se encaprichó en dormir con los recién casados. Todo el mundo comentaba eso. ¿Cómo Mercedes va a dormir con el matrimonio si ella nunca dormía con su hijo desde que era un bebé, ni nunca lo sobreprotegio, ni lo malcrio?, ¡Qué raro!.

Desde que Chela regresó del hotel con mi primo, sentó a mi tía y le dijo:
- En esta casa manda usted y el dia que usted no esté seguirá mandando. Lo único que yo quiero es que la reina de esta casa, se siente en ese balance a descansar que bastante ha trabajado en su vida, yo le prometo que usted nunca tendrá un disgusto por mi culpa.
Desde ese día, mi tía no volvió con la malacrianza de dormir en medio de la pareja. Al mes siguiente, ella quedó embarazada pero se trataba de un embarazo ectópico y estuvo al borde de la muerte. La llevaron al salón y a tiempo lograron resolver el problema. Le hicieron una herida enorme y le advirtieron que debía esperar mínimo un año para volver a embarazarse pero Chela sabía que un año era "demasiado tiempo" para mi tía.

A los dos meses volvió a embarazarse y esta vez con más suerte. Mi tía siempre estaba linda, entalcada, limpia, con sus baticas de casa almidonadas y planchadas como le gustaba a ella. Su casa brillaba, parecía que todos los días ella se levantaba a hacer las tareas de la casa. Un día me dijo:
- Mire mi'ja, a mi me queda poco pero si me muero, me voy feliz porque dejo a mi hijo en manos de una mujer que jamás le fallará. Yo sé que él no está tan enamorado pero ya tú verás que él se enamora. El dice que no pero a él le gusta la mujer.
- Tia, ¿y si él la bota o ella lo deja?
- Eso no va pasar nunca, esa mujer no es bruta y además lo va a querer mucho.
- Si tú lo dices...
- Cuando eso llegue, ya no estaré aquí pero eso es así.

La primera nieta de mi tía lleva su nombre. Recuerdo como se la daban a cargar y mi tía se ponía nerviosa, sus manos casi no podían sostenerla. Cuando Mercy tenia nueve meses, mi tía murió. Un cáncer implacable acabó con su vida. 

Yo estaba ingresada cuando mi tía murió y mi mamá no quiso decirme cuando se la llevaron grave para el hospital pero yo supe que estaba muriéndose. Una noche "mi tia" fue hasta mi camilla a despedirse, fue algo especial nuestra despedida.


Continuará.




Parte VI
Por Lucy Ramón.

Para mayo de 1975, me ingresaron en la Ondi, recuerdo que el día antes, estando en casa de mi tía, me comenzó el dolor en el estómago pero se me alivió enseguida. Ella estaba sentada en su balance, hacía unos días le habían dado el alta pero no se sentía bien. Tía Mercedes no era mujer de estar sentada, esperando que le pusieran todo a la mano y creo que al verse tan inútil por las secuelas de su enfermedad, ella escogió irse.



Estaba flaquita, aquel cuerpazo lindo y macizo, era ahora hueso y pellejo pero aún así viejita y enferma era linda. Tía no era blanca de piel, sino triguena clara y con el pelo corto y lacio. Dos motas esparcidas de canas, adornaban ambos lados de su cutis limpio y casi sin arrugas. Tenía los ojos verdeolivo. Hasta hoy no he podido comprender por qué nunca quiso aceptar las buenas propuestas de matrimonio de caballeros enloquecidos con tanta belleza y virtud.

Dicen que cuando el padre de su hijo quiso regresar con ella, por poco mi tía lo mata con su pistola.
- ¡Si te agarro sinvergüenza te mato! 
Así le gritaba, mientras intentaba atraparlo.
- Que yo he tenido que trabajar muy duro para mantener a mi hijo para que tú vengas ahora, pa'que te lave el fondillo, viejo cagalitroso.

Dicen que él la traicionó cuando eran más jóvenes y cuando se cansó de pachanguear, vino a pedirle perdón y mi tia lo escupió y lo aborrecio para siempre. Ella decía: "Perro huevero, aunque le quemen el hocico",  de mi nadie se ríe y menos un traidor y sinvergüenza.

Tía nunca quiso ponerle padrastro a su hijo y como no creía ni confiaba en ningún hombre, volcó todo su amor y dedicación sobre su hijo.

Aquella noche de la despedida, ella se coló en mis sueños y me dio un besito en la cabeza, era su costumbre besarme la frente y la cabeza todos los días cuando llegaba y cuando me iba y esa noche me besó varias veces y me dio la espalda, luego vi, cómo mi primo, cogía sus zapatos y los abrazaba y los besaba arrodillado en el pasillo de la cocina que estaban construyendo en la parte de atrás de la casa. Oía sus gritos de desesperación pero como tenía un suero puesto en el brazo, no podía moverme. Mi tia se perdió caminando recto recto por el pasillo del hospital. Iba con su vestido gris, el que se ponía cuando le guardó luto a su mamá.
Cuando mi mamá vino a verme al mediodía, mi primera pregunta fue:
- Mami, ¿y tía Mercedes? 
- ¿Por qué me preguntas así, con ese susto?
- Ay mami, es que anoche soñé que mi tía se habia muerto y Pepe lloraba besando y abrazando sus zapatos. Daba unos gritos, pobrecito.

Mi madre no podía creerlo, mi tía se había muerto hacía dos dias y la reacción de mi primo había sido exactamente esa, abrazarse a los zapatos de su mamá.  Cuando ya estaba en mi casa, mi primo y su mujer fueron a verme con la niña. Lloramos los tres.

Desde entonces, a pesar de que mi primo era casi contemporáneo con mi padre, quedamos muy enlazados y su esposa siempre fue muy especial conmigo. Al año siguiente tuvieron otra niña y buscando el varoncito se tropezaron cin un par de jimaguas lindisimas. Las cuatro eran lindas pero una de esas mellizas igualita a mi primo, la otra es el retrato de su mamá.

En todos los cumpleaños de mis hijas están mis piritas  Recuerdo que Chela, me preparaba las empanadillas, los bocaditos y las frituras. Porque nadie más ella se esmeraba en hacer esas especialidades, su salud nunca fue muy buena y además a parte de atender a sus hijas, se dedicaba a cuidar niños, a coser zapatos de tela, a hacer chucherías para entrar un dinerito extra a la casa.

No sé de dónde sacaba energías pero siempre tenía todo en orden y encima, le cooperaba a su esposo. Sus hijas muy bien vestidas, con sus lazos y sus buenos zapatos; todo el tiempo se la pasaban haciendo cuentos y riéndose. No había un día que en aquella casa no se mencionara a mi tía. En su altarcito, estaban las fotos de mi tía, de mi bisabuela y su virgencita de la Caridad con sus respectivos cabitos de velas y sus flores.

Con el dinerito que Chela hacía cuidando muchachos más el salario de mi primo, lograron transformar la casa y poco a poco terminaron la cocina y le pusieron losas al pasillo y corrieron las paredes. Todo a base de trabajo y sacrificios de los dos. Mi abuela Enma quiso mucho a Chela y para mi, es mi prima de sangre. Cuando necesitaba exteriorizarme con alguien, ahí estaban ella y primo para escucharme y darme un buen consejo.

La vida le guarda sorpresas a uno...

En el 2002, cuando murió mi padre, fue Chela quien lo vistió y ayudó a prepararlo en la morgue y mientras yo viva voy a agradecerle esa acción como también vivo eternamente agradecida de mi tia Mercedes y su hijo cuando nos recogieron en su casa, aquellos 18 meses que pasamos rodando sin tener donde vivir, gracias al odio, la avaricia y la ignorancia del lado negativo de la otra familia.

A mi tía le agradezco las manías que me transmitió y todo su amor desbordante hacia mi persona. Cuando llegué casi un mes después de la partida de mi padre, bajo tremendo aguacero fui a ver a mis primos. Conversamos muchísimo y recordamos momentos tristes y alegres. De cuando mi tía se enfermó, de la época de los besitos de piquito y la veladera de mis tías. Hubo un momento muy especial en medio de lágrimas y risas. Mi primo Pepe se puso de pie y abrazo a su esposa por detrás y me dijo emocionado:
- Prima, yo soy el hombre más feliz del mundo. Esta mujer es mi vida, mi amiga, mi yunta, mi hembrota. No quisiera vivir si ella me falta. Mi madre, prima, no se equivocó, esta mujer me dio cuatro hijas a las que adoro, ¿Qué más puedo pedirle a la vida?.

Chela lo miró maliciosa. Mi primo la convirtió en su "bandolera" (pensé). Una hora antes de partir para el aeropuerto, mi primo fue a despedirse, llegó solo, a Chela le daba sentimiento despedirme. Lo besé mil veces y lo abracé, mi primo tenía los ojos aguados. El sabía que era la última vez pero no me lo dijo.

Por estos días de diciembre cumplen cuatro años de estar juntos él y mi tía. Ninguna de sus hijas aceptan aún esta partida. Esa enfermedad se ha llevado gran parte de mi familia, sin miramiento alguno. En cuanto supe la noticia, llamé a Cuba y hablé con Chela y con Mercy. No sabía qué decirles, me ahogaba. Del lado de allá pasaba lo mismo, ninguna de las tres dijimos nada coherente. Recuerdo que les dije:
- Se me fue mi primo del alma.

Es inconcebible que un hombre alegre y bonachón como mi primo, se nos vaya así. Toda la alegría de la casa se fue con él. Me imagino el vacío y la tristeza que reina en esa casa. La pobre Chela, no quiere vivir y estoy convencida de que si algo la mantiene en pie son sus hijas y sus nietos pero, ella ha decido irse.
A mi me gustaria tanto volver a verla.













"La Cuba de los 80`s"


Recordando Parte I
Por Lucy Ramón.

En los 80's cuando los actos de repudio y la tiradera de huevos y piedras se acabaron, luego de la partida de la "escoria", hubo una especie de "empezar de nuevo" para la revolución.  El régimen trató de reorganizarse, afianzarse y recostarse a la sombra del árbol ruso.


En aquellos años el roba-roba era más disimulado y el bisneo estaba representado por los mismos merolicos de siempre, la gente compraba por encargos y los "buscavidas" y clientes, tenían sus puntos fijos. En aquellos años, la Cuba parásita de la extinta URSS, del CAME y de cuanto país del campo socialista decidiera criarla como su ternerita preferida, tomaba un rumbo muy bien definido.

El comunismo necesitaba de nuestra isla para esparcir, a través de los discursos del comandante su veneno ideológico y Quientedije se prestó para la jugada, al final del dia, él y los suyos se convertirían en los nuevos ricos y como todos sabemos, su sueño millonario se ha cumplido. 


¡Ja!, y nosotros que nos creíamos el cuento de que, como país, íbamos en vias de desarrollo. Después del explote del Mariel, hubo un pseudoflorecimiento a nivel social. De esos países nos llegaba de todo, teníamos para robar a dos, a tres y a hasta a cuatro manos y más. ¡Aparecía de todo!, papel fotográfico para los fotógrafos "particulares" (con o sin patente), acetona, pinturas de uñas de fabricación casera que, se vendían en pomitos de penicilina y de colirios para ojos. Las peluqueras clandestinas y autorizadas se abastecían también de ese mercado negro y productos como decolorantes en polvo, tintes (qué buenos eran esos tintes), cremas desrizadoras, etc. Las peluqueras del barrio, no sólo compraban, ellas revendían esos productos. Por ejemplo, la onza de tinte costaba $ 5.00 (pesitos cubanos) y lo vendían con la medida del peróxido. Quizás por esa razón Cuba parió tantas peluqueras y manicures.

Un día, llegué a pensar que el gobierno mismo era quien trapichaba esos productos del mercado negro porque me llamaba la atención un "pequeño detalle": ¿Acaso al estado no le preocupaba de dónde se abastecían y adquirían los materiales esas personas que cada mes les pagaban $ 35.00 por un permiso o patente?

Nuestro pais ha pasado por tantas falsedades que, a estas alturas cualquier respuesta acusadora contra el régimen, nos viene bien. La "cosa" se puso mala cuando se cayó el socialismo en Europa del Este y la mentira fue cogiendo cuerpo.

La Cuba que nos tocó vivir era así, la gente bisneaba calladita, colocaba su mercancía entre sus compañeros de trabajo y se limpiaba el pecho asistiendo al domingo rojo, a la plaza, haciendo su guardia del comité, diciéndole SI a todo y tratando de estudiar para "asegurar" un futuro. Había que tener lo que se llama VALOR para no levantar la mano en una asamblea donde una masa no pensante y/o cobarde aceptaba mansamente todas las directrices emanadas del aparato que dicta y manda en la Cuba castrista. 

Oye, te aplastaban. Hasta el más a fin de tus compañeros se te viraba con cartas delante de todos, aunque en privado, tú sabías cómo pensaba realmente. Los centros de trabajo eran una jungla ¿Y qué me dicen de las famosas reuniones o asambleas de Méritos y Deméritos, donde las gentes se arrancaban las tiras del pellejo por un refrigerador, un tv, una lavadora, un ventilador, etc?.

Para ser justos, muchos de nosotros, conservamos aún amistades con algunos de aquellos antiguos compañeros de trabajo que con los años se han pasado a ser parte de la familia. Esa Cuba efervescente, de zafras, trabajos "voluntarios", metas revolucionarias, desfiles, marchas, estudios- trabajo y fusil, se fue apagando. La gente se fue cansando de las reuniones que no resolvían nada, de salir de sus centros de trabajo a luchar con el transporte, la falta de gas, de romperse la cabeza inventando qué cocinar. Fuimos despertando del embobecimiento aquel que nos mostraba como zombis.
De repente, nos dimos cuenta de que "avanzabamos hacia atrás" y dábamos vueltas dentro de un círculo vicioso de dudas y cuestionamientos.

Recuerdo que en la primera mitad de los 80's, cuando comenzaron a llegar los estudiantes extranjeros, acercarse a ellos era una novedad. Por la mente de ninguna jovencita pasaba la idea de "empatarse" con extranjeros, más bien los trataban con recelo por aquello del diversionismo ideológico e inocentemente queríamos mostrarles, con hospitalidad, los "avances" de la revolución y hasta justificabamos la falta agua en las becas y los desastres que vivimos alli, en aquellos antros de libertinaje y encarcelamiento.

Quizás alguna pionera del gineterismo y sin competencia hacía "su pan" por ahi, bien lejos del barrio, donde nadie la viera. Analizando nuestras vivencias, hoy por hoy llegamos a la conclusión que todos los cubanos sin responsabilidad alguna, participamos bajo la amenaza de un látigo invisible en esa mentira y que nadie venga con excusas ahora, de "yo no", porque si algo debemos hacer es precisamente esto, reconocer nuestra participación dentro de esa mentira, sólo así, podemos terminar con los careos, las discusiones y las excusas.

Unos más, otros menos pero todos muy bien que inflamos esos globos de promoción, en el caso de los maestros, si no cumplias con el porcentaje de alumnos aprobados, perdias tu salario y tu plaza era expuesta en una subasta llamada "oposición" o "escalafón".

En las empresas productivas, como la agricultura, la pesca, la manufactura, etc, las "cifras cumplidas" eran astronómicas y cuando iba La Provincia, o sea, los dirigentes provinciales , a chequear esas empresas, todos salíamos a recibirlos con la mentira a flor de labios.

Recuerdo un día que, en el noticiero nacional dieron un dato de hectáreas de la siembra de papas en la provincia Las Villas que, cuando saqué la cuenta, se había sembrado papas en toda Cuba y en parte del estrecho de la Florida, ¡Globos y más globos!.
La revolución y sus invisibles hilos represivos nos fue convirtiendo en mentirosos y como de libertad, sólo conocimos esa, nos metieron en la cabeza que vivir fuera de Cuba era muy "peligroso". Nosotros no sabíamos nada de derechos ni de izquierdos pero percibíamos que estábamos atrapados en una isla, "protegidos" por un gobierno que cada día nos imponía más metas y nos garantizaba menos condiciones de vida.

No nos preocupaba ser libres porque nos hicieron creer que ya lo éramos pero, "algo" nos decía que no, que un hombre libre no tiene porqué esconder a su dios, esconder a su virgen, a su san Lázaro, el café tostado, la carne de res que compró en bolsa negra. Ningún hombre libre susurra para expresar lo que piensa.








Recordando Parte II
Por Lucy Ramón.

Esos años 80's nos marcaron a todos, fueron años efervescentes. Mi generación, era la "niña probeta" del experimento castristaYa habíamos pasado por los primeros círculos infantiles donde las canciones "de antes" habían sido borradas de los programas educativos y de repente aparecieron otras más "actualizadas".


Ya habíamos echado nuestras primeras competencias con nuestros compañeros de escuela para ganarnos una beca. De pioneritos, pasamos a estudiantes miembros de la Federación Estudiantil de la Enseñanza Media (FEEM). En esa etapa, nos convertimos también en cederistas y federadas (en el caso de las hembras). Éramos un ganado adoctrinado que, estaba listo para continuar la segunda fase del experimento. 

En los 80's, muchos de nosotros, nos habíamos graduado de algo elemental y estábamos obligados a continuar estudiando, es decir, pasamos a ser "obrero-estudiantes". Trabajamos en el dia y por las noches, quizás una o dos a la semana, recibíamos clases para elevar el nivel y obtener un perfil que nos permitiera matricular en la universidad. En esa época, el régimen inventó todo tipo de actividad que nos mantuviera ocupados, soñando con un futuro paradisíaco. 

La aspiración de los jóvenes cubanos, en aquel momento era convertirse en militante de la Union de Jovenes Comunistas (UJC). Recuerdo que me hicieron el proceso para pertenecer a esa unión y nunca me eligieron y eso que yo era revolucionaria y cumplía con todos los requisitos. Era una buena estudiante, asistía a las reuniones pero...era muy "conflictiva" y en "ocasiones" no me sometía a la unanimidad colectiva, protestaba abiertamente en las reuniones y "plantaba" con cualquiera, ya sea directora, inspectores, etc. 

Las personas que padecíamos de SINCERIDAD, éramos conflictivas y teniamos problemas ideológicos. Conocí unos cuantos contaminados que, por cierto, en muchos casos, fueron expulsados de sus centros de trabajo por negarse a, por ejemplo ir a Angola o ausentarse un domingo "Rojo". Sutilmente el régimen fue escarbando nuestras vidas.

Una vez convertidos en obrero-estudiantes, esa "terapia ocupacional", no nos permitía pensar ni hacer otras cosas. La exigencia en los centros de trabajos era demencial. A los maestros nos tenían agobiados de tareas, a tal punto que casi no teníamos tiempo para preparar nuestras clases. Nos exigían formar círculos de interés, círculos de monitores, llevar a los alumnos al huerto escolar, hacer visitas a museos, fábricas, etc.¡Mi dios!, hasta nos convirtieron en exploradores. Cada mes debíamos cumplir con una exploración diferente y tener un circulo de interés de PIONEROS EXPLORADORES.

Otra cosa, participar en la banda escolar y asistir a ensayos y presentaciones. ¡Ojo!, nosotros la Generación Experimento, en medio de toda esa vorágine, nos convertimos, en los 80's en esposas y madres, funciones que milagrosamente lográbamos cumplir, a medias. Todos los días iban apareciendo nuevos métodos para mantenernos ocupados todo el tiempo y un buen día aparecieron las Milicias de Tropas Territoriales, las malditas (MTT) que, además de donarles voluntariamente (obligadamente) un "día de haber", o sea, un día del salario miserable del mes, en cualquier momento, te movilizaban porque era "inminente" un ataque directo del imperialismo yanqui.

¿Qué días serian esos "ataques"? Oigan esto, el día de "Las madres", "La Nochebuena", días festivos o conmemorativos, cuando por tradición se reunía la familia cubana. 

Así, así fue como ese régimen maldito nos robó nuestra adolescencia, nuestra vida. Parecíamos corderos adiestrados, salíamos del trabajo a la escuela nocturna, a las reuniones del Comité, de la Federación y los militantes se reunían en su Comité de base a leer plenos o discursos del comandante que luego nos obligaban a nosotros a estudiar. 


Esos fueron los primeros años de los 80's para mi generación. Estudio, trabajo y fusil y mucha chivatería revolucionaria.







Mis recuerdos: Pancha, la abuelita del barrio


Por Lucy Ramón.

Un día como hoy , en 1982 murió en Cuba una vecina mía, a la que todos queríamos como una abuelita muy especial. Parecía una jiribilla, cutareaba de puerta en puerta llevándole sopa a los muchachos enfermos y a los más pequeñitos para que se acostumbraran a su sazón.  Le hacía un mandado a cualquiera, sobaba a los empachados, le pasaba un gajito de albahaca al que tuviera "mal de ojo". Pancha, no era espiritista, ni santera, ella decía que santiguarse sino te hacia un bien, un mal tampoco te haría. Ella sólo creía en su virgencita del Cobre y en el amor entre las personas. Esta viejita era un ser de luz que le salvaba la "campana" a cualquiera.


Todavía recuerdo aquel día, cuando un profesor quiso obligarme a limpiar un pasillo enorme, el central, que unía dos edificios de mi adorada formadora de maestros Frank País. Para entonces había sufrido un esguince en el brazo izquierdo y aquel señor insistía en que tenía que limpiar o servir en el comedor.

¿Se imaginan? Le dije que no lo haría y el profe, enfurecido me tiró en el piso los libros y cuadernos que llevaba en mis manos y me botó de la escuela. Automaticamente me llevó para dirección y me entregó una nota citando a mis padres por "falta de respeto".



Me fui a casa pero mi fama de "fresca y gallarusa", me condenó de antemano y mi madre se creyó la mentirita piadosa de que estaba de "pase" , a pesar de que era jueves. La verdad, no sabía cómo decirle a mis padres que me habían expulsado de la escuela. Llegó el lunes y armé un artistaje de los míos. Ese día mis dolores menstruales eran "terribles", así que libre mi primera batalla. Con lo que no contaba era, con que la profesora Caridad, de Educación para la Salud, se aparecería en mi casa mandada por el director.



En cuanto la vi subiendo la lomita del Zanjon, salí corriendo y me escondí detrás del sofá de mi buena vecina pero ahí mismo reaccione y le conte a Pancha todo lo sucedido. ¿Y qué creen? La abuelita del barrio se paró en la puerta y cuando la enviada se dirigía a mi casa, ella se le adelantó:


- Maestra, ¿usted busca a mi nieta Lucy?
- Si. ¿Usted es?
- Soy su abuela. Sus padres están viajando y yo la cuido. Pero pase, pase y siéntese. ¿Quiere café? 
- No.Gracias. 
- Mire, ya mi nieta me contó lo sucedido y créame que estoy muy apenada. Ella no podrá incorporarse a su beca hasta que sus padres regresen en dos meses pues están trabajando en otra provincia y como ve, yo no puedo ir a hablar con el profesor, tengo mis piernas que no dan más y...
- ¡Tranquila señora!. Usted sólo debe firmar esta nota y yo hablo con la dirección. Eso si, mañana, su nieta debe estar en el centro a las ocho.
- Gracias. Puede estar segura que esta situación no volverá a repetirse, ayer hablé con sus padres por teléfono y cuando regresen ya ellos sabrán qué hacer. Mi nieta es una niña buena pero contestan, si lo sabré yo...
- ¿Dónde firmo?, pondré mi nombre completo para que el director vea que usted cumplió con venir.

Y asi mismo firmó: Francisca Seguít González. 
Mientras la maestra se alejaba, me entró un ataque de risa, le miraba la cara a Pancha y no podía creer que se había prestado para hacerme esa "pala". ¡Ah! ¿Que no me regañó? ¡Seguro! Me dijo de todo pero esta historia quedó entre nosotras, era un secreto que ella se llevó y yo lo guardé con mucho cariño hasta hoy.

Para el Dia de las Madres, no había madre o abuela que recibiera más regalos y cariños que mi viejita Pancha.Tenía un galillo único, cuando los muchachos se fajaban, se quitaba la cutara y repartía por igual y ningún padre salía a reclamarle. Casi nunca la cutara tocaba el cuerpo, era sólo alarde y griteria de ella. Jamás le permitió a sus hijas y nietos que hablaran mal de otras personas y si alguien venía con bretes, le decía:

- Oye, esta casa es sagrada.¡Vete!

Y lo botaba sin miramientos. Cuando parí mi primera hija, parecía que ella era la parida. Hacia unos meses nos habíamos mudado a otro barrio pero siempre iba a visitarla y muy feliz que se sentió cuando me le hizo un puré de malanga con sus milagrosas manos, puré que devoró en un santiamén.  Cuando le dio el stroke que le provocó la muerte, la cuide en el hospital; me parece estar mirándola, estaba ida pero su carita reflejaba una paz extraordinaria. 

Recuerdo que la velamos toda la noche en la funeraria pero al amanecer tuve que ir a mi casa y de ahí a mi trabajo a pedir el día libre. Oigan esto, como Pancha no era mi familia, si me ausentaba, lo considerarían una indisciplina laboral por lo que no pude regresar pero en cuanto vi que eran las diez de la mañana, me escapé de mi escuela, le dejé mis alumnos a mi auxiliar pedagógica y salí caminando desde el Micro II hasta el cementerio Santa Ifigenia. Allí, en la entrada, debajo de ese árbol, esperé el cortejo fúnebre y no me fui, hasta que concluyo el sepelio.

Miren los años que han pasado y en mi corazón guardo todo el amor de mi Pancha. Así señores, así nos criamos los cubanos. Los vecinos eran nuestros familiares más cercanos, sufrían nuestras fiebres, celebraban nuestros logros y estábamos siempre ahí , dispuestos a servirnos unos a otros.

Dondequiera que estés, todos los 13 de Octubre, una lagrimita de amor es para Pancha, la abuela del barrio.

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