Por Lucy Ramón.
Decidirse a hacer una huelga de hambre para reclamarle a un tirano derechos y justicia, para mi, es como gritar y gritar y gritar al vacío hasta echar las cuerdas vocales por la boca. Si algo meritorio tiene un huelguista, es su muestra de extremo valor, algo que carecemos muchos pero también en contraposición a ese extraordinario valor, podemos ver, la falta de objetividad, la poca visión política y lo poco que éste, valora su vida y el amor de los suyos.
Admiro a los hombres que son capaces de darlo todo por sus ideales, sin embargo,su gesto no me trasmite ningún mensaje heroico. Cada quien decide cómo llevar a cabo su lucha y eso es respetable.
Pero, ¿qué puede conseguir un cubano haciendo una huelga de hambre que no sea su muerte?
Ahí tenemos ejemplos de sobra, Pedro Luis Boitel, Wilmer, William, a los que el régimen castrista dejó morir sin compasión alguna. En casi todas las prisiones cubanas, muchos han sido los presos políticos que se han declarado en huelga de hambre exigiendo justicia y si no reaccionan a tiempo y abandonan la huelga, estuvieran hoy en compañía de nuestros muertos.
Actualmente en Cuba, Leonardo Perez Moran, un ex oficial de la seguridad está en huelga de hambre, el régimen castrista lo condenó a dos años en prisión por Desobediencia civil y Resistencia y el pobre, cree que Raúl Castro, escuchará sus reclamos.
Siento pena por él, si no recapacita (algo que deseo fervientemente), pasará a la historia como "uno más"… Un crimen más del castrismo y un "mártir" que, le servirá de banderita a unos cuantos de acá que, necesitan alborotar un poco a Miami para cazar cámaras y micrófonos y de paso justificar sus Grants. Seguro que están afilandose los colmillos,preparando carteles con la imagen del infeliz y el "sentido discurso".
¿Acaso no se dan cuenta, hermanos míos, que las huelgas de hambre son selectivas? ¿No analizan que para lograr algún resultado, a través de una huelga de hambre, necesitan primero contactar a la tv de Miami, hacerse de un nombre, ser asistidos por un equipo de médicos especializados y ponerse de acuerdo con quienes cortan el bacalao?
Las estrellas huelguistas (que no murieron) no se dejan arrebatar su exclusividad asi de fácil. Tendrá Pérez Moran que ir hasta el final y si llega, le tocó perder. El estrellato es un estatus muy difícil de ceder o compartir.
Las personas que están cerca de este valiente cubano, deben tratar de hablarle para que desista de este vano empeño, es muy doloroso ver cómo la injusticia se cobra otra vida.
Si al tigre no le importa una mancha más, al régimen castrista tampoco.