Por Lucy Ramón.
Me da lo mismo que, sea en esta o en la próxima reencarnación que me toque regresar pero, yo quiero ser, oigan bien, yo quiero ser OYENTE. No importa ser oyente de qué, total, bastante barbaridades he oído en estos últimos tiempos y no me he muerto.
Por ejemplo, me gustaría ser OYENTE de música sinfónica, oyente en la casa Blanca para enterarme de lo que dicen Obama, Michelle y la suegra cuando se tiran los calderos… ¡Nada!. Quiero ser Oyente en Punto Cero, ¿visualizan la imagen?, quientedije y la bruja diciéndose hasta alma y yo ahí, oyendo y dándome gusto de ver al Diablo y su esposa soltando culebras por sus bocas.
De cura no, no me gusta ser oyente de cura, todos somos pecadores y por lo general, un pecado menos o más, siempre serán los mismos, adulterios, mentiras, traiciones, etc. Lo que sí nunca había oído, hasta hoy es esa nueva categoría de "Oyente de disidente", quizás Fariñas sea premiado una vez más por ese invento: "oyente de disidente".
Dice el Señor de las Huelgas que su agresor, estaba de Oyente en los últimos tiempos debido a su tendencia de desanimar a los miembros de FANTU, organización opositora radicada en Santa Clara, Cuba. Si me pagaran de Oyente, juro que le oigo hasta los pecados al Papa y las mentiras de Fariñas y de su oyente.
Los dos se traen un cuento enredado que nadie ni los entiende, ni les cree y como a ese cuento le faltan muchos pedazos, prefiero continuar haciéndome la sorda, hasta que logre empatarme con la verdadera historia de lo que allí pasó y sacar mis propias conclusiones.