sábado, 29 de noviembre de 2014

La sorda



Por Lucy Ramón.


Me da lo mismo que, sea en esta o en la próxima reencarnación que me toque regresar pero, yo quiero ser, oigan bien, yo quiero ser OYENTE. No importa ser oyente de qué, total, bastante barbaridades he oído en estos últimos tiempos y no me he muerto.


Por ejemplo, me gustaría ser OYENTE de música sinfónica, oyente en la casa Blanca para enterarme de lo que dicen Obama, Michelle y la suegra cuando se tiran los calderos… ¡Nada!. Quiero ser Oyente en Punto Cero, ¿visualizan la imagen?, quientedije y la bruja diciéndose hasta alma y yo ahí, oyendo y dándome gusto de ver al Diablo y su esposa soltando culebras por sus bocas.

De cura no, no me gusta ser oyente de cura, todos somos pecadores y por lo general, un pecado menos o más, siempre serán los mismos, adulterios, mentiras, traiciones, etc. Lo que sí nunca había oído, hasta hoy es esa nueva categoría de "Oyente de disidente", quizás Fariñas sea premiado una vez más por ese invento: "oyente de disidente".

Dice el Señor de las Huelgas que su agresor, estaba de Oyente en los últimos tiempos debido a su tendencia de desanimar a los miembros de FANTU, organización opositora radicada en Santa Clara, Cuba. Si me pagaran de Oyente, juro que le oigo hasta los pecados al Papa y las mentiras de Fariñas y de su oyente.

Los dos se traen un cuento enredado que nadie ni los entiende, ni les cree y como a ese cuento le faltan muchos pedazos, prefiero continuar haciéndome la sorda, hasta que logre empatarme con la verdadera historia de lo que allí pasó y sacar mis propias conclusiones.

viernes, 28 de noviembre de 2014

Nostalgia santiaguera



Por Lucy Ramón.


Hoy me levanté con lo de "santiaguera" revuelto. Tengo días así, nostálgicos y es muy normal que me pase porque, para mi, Santiago es un micromundo rodeado de montañas y de mar que, atrapa a todos los que lo conocen. A veces, cuando la "meno" no me deja dormir y me entran los calores y los insomnios, me da por cerrar los ojos y caminar las calles de mi Santiago, lo mismo subo que bajo Enramadas que, voy cortando por los callejones aledaños hasta llegar al Parque De Céspedes o sigo loma arriba hasta el Boulevard de Dolores y ahí cojo un "breo" en los bancos de frente al Bodegón y Mendive y continuo Aguilera arriba, hasta plaza de Marte.


Mientras "camino", intento recordar cada casa, cada edificio, cada detalle, las tiendas, las escuelas, las iglesias, etc., y todo va aflorando claramente a mi mente por su orden pero, con los años, cada vez voy borrando de mis memorias ciertos tramos y me confundo, pareciera que una nube opaca, ocupara esos espacios y no hay manera que logre recordar qué hay o que había allí cuando pasaba caminando casi a diario, por esos sitios.

Y entonces me da miedo y vergüenza haber olvidado algún pedacito de esos. Es alarmante comprobar que la memoria te está fallando y por otro lado, este tipo de olvido, aparentemente insignificante, me llega al corazón porque siento que le estoy "fallando" a mi tierra, a mi Chago querido, siento que, sin darme cuenta, la distancia y el tiempo me han arrebatado parte de mi vida, de mi tesoro, de mis recuerdos. Cuando me sorprenden esos olvidos, enseguida llamo a algún santiaguero y le pregunto:

- Oye, ¿tú te recuerdas qué había frente al Fontana di Trevi, al lado de la casa de los novios y en la esquina opuesta?

Esos fueron ejemplos de pedacitos que intentaron perderse pero los rescate a tiempo. Uno siente un orgullo tan grande cuando mira en la Internet fotos del museo Emilio Bacardi, de la casa donde nació José Maria Heredia, de la catedral, de la casa de Diego Velázquez, del Morro, en fin de todos los lugares que desde niños visitábamos y a los que llevamos a nuestros hijos. Todos esos sitios son míos y de todos los santiagueros. Nadie podrá quitárnoslo porque nuestras huellas están allí, nuestros pasos están allí, nuestros espíritus se pasearon por allí y allí dejamos su aroma.

Los santiagueros, hospitalarios al fin, ofrecemos a los huéspedes el sonido de la conga, el sabor dulce de las frutas de El Caney, la panorámica de la bahía, vista desde el Balcón de Velázquez, la misa en la catedral y con cierto recelo, los dejamos entrar al santuario de la patrona de Cuba a pagar promesas y a verla de cerquita, eso sí, Cachita es nuestra.

No sé porqué me fui tan lejos si en realidad, mi recorrido era por el centro de la ciudad y aunque no llegue hoy hasta allá, hasta carretera central y me dé un salto por Ferreiro, quiero decirles que en maternidad Norte pari a mi hija mayor y en el centro Gallego, nació mi chiquitita. Casi todos los santiagueros nacieron en esos hospitales o en la clínica.
Bueno, por hoy es suficiente, ya di mi paseito de costumbre y como voy de bajada, estoy aqui, sentada en uno de los bancos que están en la acera de la iglesia de San Francisco. Aquí estoy refrescando, luego me compro un dulce fino enfrente, en la Diana y no paro hasta llegar a mi casa.

Un besito Santiago. Te extraño.

Los niños son la esperanza del mundo



Por Lucy Ramón.


Eso lo dijo nuestro Apóstol en "La Edad de Oro", revista diseñada para todas las edades y cuyos cuatro ejemplares conforman un libro muy valioso, por su información y la forma de sensibilizar a quienes lo lean. A los niños cubanos de hoy, quizás no les motive leer uno de esos cuentos lindos, contados a la manera de Martí y se sientan, por unos minutos, envueltos por la magia de unos zapatos de una niña rica, guardados dentro de una caja de cristal o por la voz terrible de un Camarón Encantado que concede cuanto deseo le pide un pobre pescador dominado por la avaricia de su esposa.


En nuestra infancia, "La Edad de Oro" era ese mundo lleno de fantasías al que entrábamos y dl que nunca queríamos salir. Todavía hoy, convertidos en abuelos, se nos hace un nudo en la garganta cuando leemos la frase final donde Piedad le dice a su muñeca negra: "te quiero porque no te quieren".

Y les comento sobre el tema, porque mirando recientemente, un video donde entrevistan a unos niños cubanos y les preguntan qué quieren ser cuando sean grandes, vuelve el nudo a mi garganta, al escuchar sus "inocentes" respuestas. En los ojos de los niños se ven reflejadas sus ansias de volar, de salir corriendo a convertirse en adultos, no para ser como "mamá" o como "papá", papá y mamá no son importantes, papá y mamá son cubanos pero él, él quiere ser "alguien"...él quiere ser extranjero en su país, porque en su país los extranjeros son personas de valor y los cubanos, no son nadie.

Las niñas quieren ser prostitutas o gineteras; nosotras, a esa edad queríamos ser maestras, doctoras, ingenieras, no sabíamos lo que era una prostituta y lo de ginetera, se inventó después… ¡qué triste!.

Esa es la Cuba que le ha tocado vivir a nuestros nietos, donde "La Edad de Oro", es cosa de tontos, cuyos cuentos y relatos "viejos" y "aburridos", no consiguen fantasear con la perdida inocencia de niños que, convertidos en pioneros, están obligados a gritar que quieren ser como un asesino al que no conocieron.

Los niños cubanos quieren ser libres pero ellos no lo saben. Ellos creen que la libertad viaja como turista y se viste y se calza y come, cuando se prostituye. No, Martí no se equivocó. Los niños serán siempre la esperanza del mundo y esos niños que hoy quieren ser extranjeros y prostitutos, si leyeran "La Edad de Oro", entenderían qué cosa es la Libertad y se prepararían para, en un futuro luchar por ella.

Mis reflexiones.



Por Lucy Ramón.


Siempre he dicho que no me gustan las afiliaciones de ningún tipo, no soporto las reglas impuestas por hombres, vestidos de Dios, de políticas o de cualquier cosa. Sin embargo, me considero una persona disciplinada, porque trato de cumplir con mis propias reglas. Por naturaleza, tendemos a regirnos de cierta manera, por seguir una conducta que nos ayude a sobrevivir y a eso, le llamo conciencia.


¿Qué curioso, verdad? Intuyo que, sin caer en nombres, ni en ideologías, los seres humanos tendemos a buscar nuestro grupo. Todos, hasta el más feroz de los ateos, cree en algo y todos tenemos nuestras ambiciones individuales, en dependencia de las motivaciones y sentimientos que nos caractericen y por esa razón, es que, mirando esas tendencias, se me hace que, somos republicanos, (por darnos una categoría) en lo más intrínseco de nuestras conciencias. Por muy vago o perezoso que alguien sea, a esa persona le gusta progresar y mantener determinados estatutos de vida, para su propio bien.

Generalmente queremos ser útiles a nosotros mismos y a los demás y nos aferramos a preservar valores que, demostrado está, son los que protegen y elevan la conciencia humana. Fíjense si es así que, en medio de esta turbulencia y relajamiento, hasta el peor de los delincuentes, sabe que algo anda mal en este país y busca de Dios y aspira a que la sociedad y su vida cambien. Y para que este país cambie, debemos empezar por cambiar, la mentalidad de pobreza que en estos últimos años se ha adueñado de la mentalidad del pueblo americano, esa queja constante, esa idea de que el futuro será peor, le corresponden a quienes les gusta parasitar, mentir y romper las reglas.

Tenemos que rescatar nuestros sueños, nuestros valores, el amor a la familia, al progreso, al bienestar común. Repito, creo en los gobiernos que le brindan al ciudadano las herramientas necesarias para que se conviertan en fuerza activa y capaz de crear sus condiciones de vida, creo en los gobiernos que realmente les interese proteger al ciudadano sin populismo ni afán de instarlo al relajamiento. Creo en los gobiernos que buscan lo mejor de la esencia humana por todos y para el bien de todos.

Sin ánimos de hacer proselitismo, sólo invitándolos a la reflexión, analice cada uno sus realidades y respóndanse, objetivamente, qué tan seguros se sienten con un gobierno que miente descaradamente, que le pasa por encima a los poderes que rigen la nación, que viola la privacidad y la autodeterminación del ciudadano, que se enmascara de "cambio" para imponer un seguro de salud plagado de trampas y burocratismos y amenazas y que juega con la dignidad de millones de indocumentados que intentan regular su permanencia legal en este país.

¿Quién que se respete y ame a su familia puede elegir a una Hillary Clinton que JAMÁS se ha pronunciado acerca de su responsabilidad con la tortura y asesinato de nuestro embajador en Benghazi?.

No nos engañemos hermanos, nuestros corazones ansían el retorno al orden, a la cordura y al progreso social y ese retorno depende, en gran medida, de esa tendencia intrínseca que nos caracteriza.


lunes, 24 de noviembre de 2014

Las traiciones



Por Lucy Ramón.


No puedo, aunque lo intente, ser de otra manera, basta una mentira para que nunca más vuelva a confiar en esa persona y lo que es peor, cualquier sentimiento de afecto que pueda sentir, ahí mismo, se desvanece. Sin embargo, perdono con tremenda facilidad y trato de buscar las razones de ese engaño. ¡Paradójico!, cuando alguien me traiciona o miente, creo que es mi responsabilidad … ¿Por qué?, por creer en otras personas. 


Si algo cierto dice la biblia es esto: "maldito el hombre que cree en el hombre". He perdonado a quienes en el pasado me han acusado algún dolor y lo he hecho de corazón, porque he visto el arrepentimiento en sus ojos y como todos cometemos errores, quién soy para condenar a otros. Ahora, cuando se trata de TRAICIONES, ahí sí que no olvido ni el más mínimo detalle.

De la Luz y Caballero dijo: "perdonar a un traidor es un gesto de loas, retribuirle al traidor la confianza que se le tenía anteriormente, es cambiar las loas por la idiotez".

Los traidores, después de todo, además de repugnancia, me causan lástima. Generalmente, al verse descubiertos, se desesperan y en su afán de tapar su traición o disimularla, cometen muchos errores, a veces, peores que la traición en si. Me da pesar cuando alguien me traiciona porque me duele saber cuántas cosas lindas se pierden por idiotas y canallas. Es lamentable ver cómo la traición acaba con los sentimientos más puros. 

Hace poco, vi romperse una relación de unos hermanos, relación de casi TREINTA años, con hijos adultos y de muchos sacrificios, ¡qué triste!. Ella se me acercó pidiéndome un consejo y créanme que para esos casos, no soy buena consejera, qué le iba a decir, que lo perdonara y "aquí no ha pasado nada", ¡No puedo!. Soy consecuente con lo que pienso y con lo hago y jamás le diría a otros, lo que no soy capaz de hacer.

domingo, 23 de noviembre de 2014

El gato americano



Por Lucy Ramón.


Subir al tejado, tener cola, cuatro patas y decir miau, no es suficiente para catalogar a un gato, al menos aqui, en Yanquilandia. En USA, puedes reunir todas esas cualidades, es más, eliminar alguna y sumar unas cuantas, por ejemplo, los gatos yumas no se suben al tejado , les sacan las uñas de raíz para que no rompan los muebles, los castran para que no puedan procrear, hacen pipi sobre una arena especial que su dueño compra o sobre un pañal, comen bolitas, duermen en su camita o con su "madre o padre".


Los gatos yumas no maullan, parecen mudos. Miran a la gente con cierto recelo, como si fueran los dueños de la casa, no tienen amigos y si nunca le presentan a una futura relación amorosa, ni se preocupan. A veces me parecen que los gatos yanquis son gay o medio bobos.

Si su dueño conversa con algún vecino ellos se ponen impacientes y se alteran hasta que éste regresa. Viajan en vacaciones con los miembros de la familia. Algunos tienen hasta asiento de seguridad y en cuanto les abres la puerta del carro, saltan y se acomodan con tremenda habilidad. Los gatos americanos saben que los autos deben parar cuando ellos cruzan la calle, por eso muchos mueren atropellados por conductores irresponsables, conocen al veterinario, de ver el edificio de la consulta, cambian la conducta. 

¡Increíble!, son más inteligente que yo...jajajaja. ..Entienden Inglés y Español y cuida'o!...Quizás hasta hablen los dos idiomas. A veces, los llamo diciéndoles...Musi-musi-musi...y ni me miran. Son finoooooos. Si les da comida de personas, se enferman, no comen carne cruda, ni alimentos mezclados. Generalmente, les gusta bañarse y reconocen su shampoo, su toalla y su bañera.  Para las Christmas, los gatos de aquí, esperan sus regalitos de Santa y cuando se ponen viejitos y enferman, llevarlos a "dormir" es un acontecimiento relevante; se les da la noticia a los amigos y familiares.

Sus cenizas son guardadas como reliquia pues, esta criatura fue, es y seguirá siendo parte de la vida de todos. Todos los años, con el álbum familiar, se recuerdan aquellos momentos lindos compartidos con el gatico y con una mezcla de dolor y alegría miran las fotos de los cumpleaños que se le celebraron desde que llegó a casa.

Pensándolo bien, cuando venga en otra vida, quizás venga de gata, ¡quién sabe!. Tal vez de gata, me empate con un dueño millonario. Creo que sólo así, de gata aprenderé el Inglés.

La espera



Por Lucy Ramón.

Todos los años para estas fechas, vuelves a escuchar las mismas y tediosas frases:

- "Ojalá y el próximo se caiga aquello"
- "El próximo lo celebramos en Cuba".
- ¡Este año Siiiiiii, aquello se arregla!
- Tú verás mi hermano ¡me la juego! El año que viene, se muere Quientedije.
- ¡Ahora si!. ¿Cuánto te apuestas a que se cae?

De escucharlas, se me revuelven las tripas. ¿Cómo creen, hermanos míos que se tumba una dictadura?, Acaso quejándose de crímenes, injusticias y atropellos?, ¿Sacándole y halándole la tira del pellejo a quienes de verdad están haciendo algo por nuestra patria?, ¿Haciendo trabajo social y obras de caridad a un pueblo que cruza los brazos y prefiere huir, antes de enfrentar al tirano?, ¿Haciendo huelgas de hambre, viajando y cantinfliando?¿Cómo creen que "aquello"se va a "caer"?, ¿Dejándole nuestra responsabilidad ciudadana individual en manos de otros?
¿Vacilando y "especulando"con pacotilla y celulares para humillar al más pobre que no recibe dólares?. 

¡No, hermanos míos, el tiempo no cura heridas ni tumba las dictaduras lo que HAGAMOS durante el tiempo necesario, es realmente lo que hace la diferencia. Y ahora viene el teque.

Durante casi 56 años (antes de nacer esta preciosura) el régimen castrista ha impuesto su voluntad sobre nuestro sufrido pueblo y nos ha tocado llorar a miles y miles de fusilados, perseguidos, encarcelados, asesinados, torturados, desaparecidos en el mar y deportados...ta, ta, ta, ta, ta...
Vergüenza es lo que siento cada vez que me veo repitiendo el mismo discurso o escuchando las mismas frases huecas.

Hace sólo unos días Raúl Castro le puso el "sello final a su andamiaje político" y pocos se enteraron de la noticia, unos porque estaban ocupados viendo las telenovelas y "La Voz" (qué sé yo, se trata de una competencia de voces), otros embuidos en cómo sobrevivir en la Llama, los apáticos porque no quieren saber de política y en Cuba, tampoco supieron del evento porque, para ellos, lo más importante es el día de la entrevista en la oficina de Intereses y/o luchar el bocado del día.

Todo un pueblo alejado de las patrañas casticistas,  sepan que Castro I y II pueden morirse hoy mismo y no pasa nada; hace mucho tiempo esos engendros malévolos tejieron los hilos para blindar su gobierno y aparentar un estado de derecho, era lo último que les faltaba por hacer y lo hicieron, lo hicieron gracias a la apatía de unos y la complicidad de otros. Por ahí andan las estrellas sagradas de la "disidencia oficial" aupando descaradamente los "cambios raulistas".

Y asi, así hermanos, vendrán 56 más, ya no es cuestión de unirnos sino de escucharnos y crear estrategias objetivas, de proponernos hacer algo viable que acabe por sacar al ciudadano de esa inmovilidad Civil que le mueva la simiente estructural al aparato político creado por esos criminales.  Y no, el cuartico no está igualito, el cuartico se inundó.