sábado, 15 de noviembre de 2014

Recordando II Parte "Los 80's"



Por Lucy Ramón.


Esos años 80's nos marcaron a todos, fueron años efervescentes. Mi generación, era la "niña probeta" del experimento castristaYa habíamos pasado por los primeros círculos infantiles donde las canciones "de antes" habían sido borradas de los programas educativos y de repente aparecieron otras más "actualizadas".


Ya habíamos echado nuestras primeras competencias con nuestros compañeros de escuela para ganarnos una beca. De pioneritos, pasamos a estudiantes miembros de la Federación Estudiantil de la Enseñanza Media (FEEM). En esa etapa, nos convertimos también en cederistas y federadas (en el caso de las hembras). Éramos un ganado adoctrinado que, estaba listo para continuar la segunda fase del experimento. 

En los 80's, muchos de nosotros, nos habíamos graduado de algo elemental y estábamos obligados a continuar estudiando, es decir, pasamos a ser "obrero-estudiantes". Trabajamos en el dia y por las noches, quizás una o dos a la semana, recibíamos clases para elevar el nivel y obtener un perfil que nos permitiera matricular en la universidad. En esa época, el régimen inventó todo tipo de actividad que nos mantuviera ocupados, soñando con un futuro paradisíaco. 

La aspiración de los jóvenes cubanos, en aquel momento era convertirse en militante de la Union de Jovenes Comunistas (UJC). Recuerdo que me hicieron el proceso para pertenecer a esa unión y nunca me eligieron y eso que yo era revolucionaria y cumplía con todos los requisitos. Era una buena estudiante, asistía a las reuniones pero...era muy "conflictiva" y en "ocasiones" no me sometía a la unanimidad colectiva, protestaba abiertamente en las reuniones y "plantaba" con cualquiera, ya sea directora, inspectores, etc. 

Las personas que padecíamos de SINCERIDAD, éramos conflictivas y teniamos problemas ideológicos. Conocí unos cuantos contaminados que, por cierto, en muchos casos, fueron expulsados de sus centros de trabajo por negarse a, por ejemplo ir a Angola o ausentarse un domingo "Rojo". Sutilmente el régimen fue escarbando nuestras vidas.

Una vez convertidos en obrero-estudiantes, esa "terapia ocupacional", no nos permitía pensar ni hacer otras cosas. La exigencia en los centros de trabajos era demencial. A los maestros nos tenían agobiados de tareas, a tal punto que casi no teníamos tiempo para preparar nuestras clases. Nos exigían formar círculos de interés, círculos de monitores, llevar a los alumnos al huerto escolar, hacer visitas a museos, fábricas, etc.¡Mi dios!, hasta nos convirtieron en exploradores. Cada mes debíamos cumplir con una exploración diferente y tener un circulo de interés de PIONEROS EXPLORADORES.

Otra cosa, participar en la banda escolar y asistir a ensayos y presentaciones. ¡Ojo!, nosotros la Generación Experimento, en medio de toda esa vorágine, nos convertimos, en los 80's en esposas y madres, funciones que milagrosamente lográbamos cumplir, a medias. Todos los días iban apareciendo nuevos métodos para mantenernos ocupados todo el tiempo y un buen día aparecieron las Milicias de Tropas Territoriales, las malditas (MTT) que, además de donarles voluntariamente (obligadamente) un "día de haber", o sea, un día del salario miserable del mes, en cualquier momento, te movilizaban porque era "inminente" un ataque directo del imperialismo yanqui.

¿Qué días serian esos "ataques"? Oigan esto, el día de "Las madres", "La Nochebuena", días festivos o conmemorativos, cuando por tradición se reunía la familia cubana. 

Así, así fue como ese régimen maldito nos robó nuestra adolescencia, nuestra vida. Parecíamos corderos adiestrados, salíamos del trabajo a la escuela nocturna, a las reuniones del Comité, de la Federación y los militantes se reunían en su Comité de base a leer plenos o discursos del comandante que luego nos obligaban a nosotros a estudiar. 

Esos fueron los primeros años de los 80's para mi generación. Estudio, trabajo y fusil y mucha chivatería revolucionaria.

miércoles, 12 de noviembre de 2014

Recordando Parte I "La Cuba de los 80`s"



Por Lucy Ramón.

En los 80's cuando los actos de repudio y la tiradera de huevos y piedras se acabaron, luego de la partida de la "escoria", hubo una especie de "empezar de nuevo" para la revolución.  El régimen trató de reorganizarse, afianzarse y recostarse a la sombra del árbol ruso.



En aquellos años el roba-roba era más disimulado y el bisneo estaba representado por los mismos merolicos de siempre, la gente compraba por encargos y los "buscavidas" y clientes, tenían sus puntos fijos. En aquellos años, la Cuba parásita de la extinta URSS, del CAME y de cuanto país del campo socialista decidiera criarla como su ternerita preferida, tomaba un rumbo muy bien definido.

El comunismo necesitaba de nuestra isla para esparcir, a través de los discursos del comandante su veneno ideológico y Quientedije se prestó para la jugada, al final del dia, él y los suyos se convertirían en los nuevos ricos y como todos sabemos, su sueño millonario se ha cumplido. 


¡Ja!, y nosotros que nos creíamos el cuento de que, como país, íbamos en vias de desarrollo. Después del explote del Mariel, hubo un pseudoflorecimiento a nivel social. De esos países nos llegaba de todo, teníamos para robar a dos, a tres y a hasta a cuatro manos y más. ¡Aparecía de todo!, papel fotográfico para los fotógrafos "particulares" (con o sin patente), acetona, pinturas de uñas de fabricación casera que, se vendían en pomitos de penicilina y de colirios para ojos. Las peluqueras clandestinas y autorizadas se abastecían también de ese mercado negro y productos como decolorantes en polvo, tintes (qué buenos eran esos tintes), cremas desrizadoras, etc. Las peluqueras del barrio, no sólo compraban, ellas revendían esos productos. Por ejemplo, la onza de tinte costaba $ 5.00 (pesitos cubanos) y lo vendían con la medida del peróxido. Quizás por esa razón Cuba parió tantas peluqueras y manicures.

Un día, llegué a pensar que el gobierno mismo era quien trapichaba esos productos del mercado negro porque me llamaba la atención un "pequeño detalle": ¿Acaso al estado no le preocupaba de dónde se abastecían y adquirían los materiales esas personas que cada mes les pagaban $ 35.00 por un permiso o patente?

Nuestro pais ha pasado por tantas falsedades que, a estas alturas cualquier respuesta acusadora contra el régimen, nos viene bien. La "cosa" se puso mala cuando se cayó el socialismo en Europa del Este y la mentira fue cogiendo cuerpo.

La Cuba que nos tocó vivir era así, la gente bisneaba calladita, colocaba su mercancía entre sus compañeros de trabajo y se limpiaba el pecho asistiendo al domingo rojo, a la plaza, haciendo su guardia del comité, diciéndole SI a todo y tratando de estudiar para "asegurar" un futuro. Había que tener lo que se llama VALOR para no levantar la mano en una asamblea donde una masa no pensante y/o cobarde aceptaba mansamente todas las directrices emanadas del aparato que dicta y manda en la Cuba castrista. 

Oye, te aplastaban. Hasta el más a fin de tus compañeros se te viraba con cartas delante de todos, aunque en privado, tú sabías cómo pensaba realmente. Los centros de trabajo eran una jungla ¿Y qué me dicen de las famosas reuniones o asambleas de Méritos y Deméritos, donde las gentes se arrancaban las tiras del pellejo por un refrigerador, un tv, una lavadora, un ventilador, etc?.

Para ser justos, muchos de nosotros, conservamos aún amistades con algunos de aquellos antiguos compañeros de trabajo que con los años se han pasado a ser parte de la familia. Esa Cuba efervescente, de zafras, trabajos "voluntarios", metas revolucionarias, desfiles, marchas, estudios- trabajo y fusil, se fue apagando. La gente se fue cansando de las reuniones que no resolvían nada, de salir de sus centros de trabajo a luchar con el transporte, la falta de gas, de romperse la cabeza inventando qué cocinar. Fuimos despertando del embobecimiento aquel que nos mostraba como zombis.
De repente, nos dimos cuenta de que "avanzabamos hacia atrás" y dábamos vueltas dentro de un círculo vicioso de dudas y cuestionamientos.

Recuerdo que en la primera mitad de los 80's, cuando comenzaron a llegar los estudiantes extranjeros, acercarse a ellos era una novedad. Por la mente de ninguna jovencita pasaba la idea de "empatarse" con extranjeros, más bien los trataban con recelo por aquello del diversionismo ideológico e inocentemente queríamos mostrarles, con hospitalidad, los "avances" de la revolución y hasta justificabamos la falta agua en las becas y los desastres que vivimos alli, en aquellos antros de libertinaje y encarcelamiento.

Quizás alguna pionera del gineterismo y sin competencia hacía "su pan" por ahi, bien lejos del barrio, donde nadie la viera. Analizando nuestras vivencias, hoy por hoy llegamos a la conclusión que todos los cubanos sin responsabilidad alguna, participamos bajo la amenaza de un látigo invisible en esa mentira y que nadie venga con excusas ahora, de "yo no", porque si algo debemos hacer es precisamente esto, reconocer nuestra participación dentro de esa mentira, sólo así, podemos terminar con los careos, las discusiones y las excusas.

Unos más, otros menos pero todos muy bien que inflamos esos globos de promoción, en el caso de los maestros, si no cumplias con el porcentaje de alumnos aprobados, perdias tu salario y tu plaza era expuesta en una subasta llamada "oposición" o "escalafón".

En las empresas productivas, como la agricultura, la pesca, la manufactura, etc, las "cifras cumplidas" eran astronómicas y cuando iba La Provincia, o sea, los dirigentes provinciales , a chequear esas empresas, todos salíamos a recibirlos con la mentira a flor de labios.

Recuerdo un día que, en el noticiero nacional dieron un dato de hectáreas de la siembra de papas en la provincia Las Villas que, cuando saqué la cuenta, se había sembrado papas en toda Cuba y en parte del estrecho de la Florida, ¡Globos y más globos!.
La revolución y sus invisibles hilos represivos nos fue convirtiendo en mentirosos y como de libertad, sólo conocimos esa, nos metieron en la cabeza que vivir fuera de Cuba era muy "peligroso". Nosotros no sabíamos nada de derechos ni de izquierdos pero percibíamos que estábamos atrapados en una isla, "protegidos" por un gobierno que cada día nos imponía más metas y nos garantizaba menos condiciones de vida.

No nos preocupaba ser libres porque nos hicieron creer que ya lo éramos pero, "algo" nos decía que no, que un hombre libre no tiene porqué esconder a su dios, esconder a su virgen, a su san Lázaro, el café tostado, la carne de res que compró en bolsa negra. Ningún hombre libre susurra para expresar lo que piensa.

martes, 11 de noviembre de 2014

La política y el matrimonio

Por Lucy Ramón.

No hay nada que se parezcan más que, la política y el matrimonio, los dos, trabajan como las arañas, los dos se sostienen sobre acuerdos y confianza. A diferencia de la política, un verdadero matrimonio sienta sus bases en el amor, el respeto y la confianza de las partes. Pero, cuando del régimen castrista se trata, ahí si que hay que coger palco, la política deja de ser lo que es para convertirse en un mecanismo represivo y es por esa razón, por la que se me antoja comparar, a este régimen con un matrimonio mal llevado.

Imaginemos que en este matrimonio, el hombre impone sus reglas y reduce a su esposa a la condición de esclava. En los principios, estas imposiciones las hacia, a través de la manipulación, de mañas y supuestos "acuerdos" para que la mujer no se percatara de que había caído en manos peligrosas.


A medida que la esposa se fue dando cuenta que las prohibiciones eran para ella y la balanza siempre estaba a favor de su marido, ésta comenzó a disgustarse. Ella no podía visitar a sus amigas, él iba a donde quería sin dar explicaciones, en caso de tardarse. Para comprarse las cosas que necesitaba, el dinero nunca alcanzaba pero él, el magnate, siempre tenía su billetera lista para darse los gustos que quisiera. Ella, realizaba todas las tareas del hogar, mientras él, se la pasaba echado delante del tv o en fiestas, parrandas y mujeres.

Con el tiempo, la inconformidad subió de tono y de tono subieron también los gritos, los golpes y los abusos de su esposo. La mujer, aguantaba humillaciones de todo tipo y su verdugo por su parte, gozaba de los privilegios que dan el poder y el miedo.

Ella siempre aguantó y esperó a pesar de que, cada día el fuego de su infierno ardía más fuertemente.  Pasaron los años y cuando los hijos crecieron, comenzaron a emplazar a su padre por los abusos hechos a su madre, la familia fue tomando cartas en el asunto hasta que, un buen día al esbirro se le ocurrió "cambiar".

Ya se estaba poniendo viejo, su virilidad era un chiste y como ya estaba cansado de sus andazas, decidió hacer ciertas "concesiones". Le permitió a su esposa ir a visitar a su familia, para entonces, ya no le quedaba ninguna amiga, comenzó a tratar con consideración a su mujer y le prometió que nunca más, le pegaría. 

Así, asi mismo, como ese matrimonio maldito es como veo los famosos "cambios raulistas". Durante 55 años, los cubanos tuvimos que soportar la violación de nuestros derechos, a penas hace menos de un año, el régimen castrista les permitió a los cubanos viajar fuera de Cuba y eso, no todos pueden hacerlo.

Y pregunto; ¿por qué algunos incautos de alma esclava aplauden y ven con beneplácito los "cambios de Raúl"?

¡No!, no me conformo a aceptar pasivamente estos cambios porque ninguno de esos cambios me va a devolver a mi y a mi generación tantos años de restricciones, de mentiras, de promesas, de secuestro, de dolor… ¡No y mil veces no!.

¡Me niego a pactar con los asesinos de mi pueblo!.
¡Me niego a aplaudir a quienes me robaron mi niñez, mi juventud y parte de mi vida!.
¡Me niego rotundamente a aceptar cambios que ratifiquen en el poder a quienes durante años golpearon, fusilaron y asesinaron a cubanos inocentes!. 
¡Que nadie venga con discursos subliminales plagados de confusión.
¡Quiero una Cuba libre y democrática!.
¡Pa'fuera la dictadura!. 
¡Prohibido olvidar!.