Por Lucy Ramón.
A propósito de ser el Día Internacional del Teatro.
Tenemos dos puestas en escenas que, por ser repetitivas o "fritos", podrían resultar cansonas pero, aun así, diríamos que se pueden agarrar palcos, bueno, siempre que sean "free" desde los gallineros hasta los VIP.
Sus actores pertenecen a una generación hija de Truco y Mentira, un matrimonio formado por artistas muy buenos que, por cierto les trasmitieron los genes a su prole y la entrenaron un poco, lo suficiente como para formar bretes, intrigas y fajasones entre lo que ellos llaman "hermanos de lucha". ¡Se acabó el querer! .
Agentes activos de la inteligencia cubana, se amigan, se fajan, se reconcilian y se vuelven a fajar, a desprestigiar y a halarse la tira del pellejo. Creo que deberían dedicarse a la Tragicomedia. Ambos me resultan muy buenos comediantes y es muy posible que, en este género se den de famosos.
Les voy a sugerir nombres muy relativos para sus personajes:
- El Sultán de Palmarito.
- El abogado de las causas perdidas.
Por otro lado, digo, en otro teatro al aire, en las alturas de un avión, vemos a dos fundadoras de nada peleándose un protagonismo, una historia, en realidad por un CHEQUE que, para ser fiel a la verdad y a la razón no les pertenece a ninguna.
Estos señores se han tomado muy en serio sus oficios y se han "olvidado"de Cuba, de ese pueblo nuestro que SUFRE Y ESPERA.