Por Lucy Ramón.
Cada vez son más frecuentes los casos de cubanos que viven en la isla que, constantemente viajan acá,algunos hacen sus trabajitos por la izquierda, otros hacen de caballos, fíjense bien que no dije "mulas", lo de mulas es pasado, ahora el meneo, digo, el negocio es diferente. Ahora pasaron a ser Caballos.
¿Están sentados? ¡Siéntense!. Los cubanos ricos, esos que han logrado hacer capital gracias a sus ROBOS en el turismo, los que viven de sus familiares que residen fuera de Cuba y reciben bastante billete, los que hacen guardias cederistas y chivatean para que los dejen levantar el billete, si no pueden viajar acá porque no tienen visas o no se han podido nacionalizar como españoles, les pagan los gastos de viajes a ciertos cubanos que sí han logrado obtener esos beneficios.
Miren cómo funcionan, les costean los viajes estos Caballos o Caballas y sus familiares acá se encargan de comprar la pacotilla y encargos que van, desde ropas y zapatos específicos (marcas) hasta utensilios para montar sus negocios de Paladares, Alquileres de habitaciones, piezas de carros de alquiler para remendar su "Almendron", etc.De ahí que veamos tremendos lujos y confort en los videos que luego usan para promover sus negocios, muchas veces más sofisticados que cualquier negocio de acá.
¡Como lo oyen!. Si no pueden venir personalmente, envían sus Caballos quienes aprovechan sus viajecitos para "pasarle cepillo" a sus familiares y amigos porque para ellos, no hay "libras garantizadas", su función es servir de bestia de carga.
Habrá quienes digan... pero eso "no es malo", "cada quien sobrevive como puede".
¡Cierto! Cada quien lucha su vida pero, esos mismos Caballos, a los que sólo le interesa sobrevivir, son los primeritos que escuchas llorando miserias y limosneando con el cuento de que "aquello está malísimo"sin embargo,no son capaces de concientizar que, mientras cada cubano luche por su supervivencia individual y no tome acción ciudadana en contra de la "RAIZ DEL MAL ( Los Castro) se pasarán la vida bajando la cabeza con las bridas y frenos atados a un bozal.
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