Por Lucy Ramón.
Esos años 80's nos marcaron a todos, fueron años efervescentes. Mi generación, era la "niña probeta" del experimento castrista. Ya habíamos pasado por los primeros círculos infantiles donde las canciones "de antes" habían sido borradas de los programas educativos y de repente aparecieron otras más "actualizadas".
Ya habíamos echado nuestras primeras competencias con nuestros compañeros de escuela para ganarnos una beca. De pioneritos, pasamos a estudiantes miembros de la Federación Estudiantil de la Enseñanza Media (FEEM). En esa etapa, nos convertimos también en cederistas y federadas (en el caso de las hembras). Éramos un ganado adoctrinado que, estaba listo para continuar la segunda fase del experimento.
En los 80's, muchos de nosotros, nos habíamos graduado de algo elemental y estábamos obligados a continuar estudiando, es decir, pasamos a ser "obrero-estudiantes". Trabajamos en el dia y por las noches, quizás una o dos a la semana, recibíamos clases para elevar el nivel y obtener un perfil que nos permitiera matricular en la universidad. En esa época, el régimen inventó todo tipo de actividad que nos mantuviera ocupados, soñando con un futuro paradisíaco.
La aspiración de los jóvenes cubanos, en aquel momento era convertirse en militante de la Union de Jovenes Comunistas (UJC). Recuerdo que me hicieron el proceso para pertenecer a esa unión y nunca me eligieron y eso que yo era revolucionaria y cumplía con todos los requisitos. Era una buena estudiante, asistía a las reuniones pero...era muy "conflictiva" y en "ocasiones" no me sometía a la unanimidad colectiva, protestaba abiertamente en las reuniones y "plantaba" con cualquiera, ya sea directora, inspectores, etc.
Las personas que padecíamos de SINCERIDAD, éramos conflictivas y teniamos problemas ideológicos. Conocí unos cuantos contaminados que, por cierto, en muchos casos, fueron expulsados de sus centros de trabajo por negarse a, por ejemplo ir a Angola o ausentarse un domingo "Rojo". Sutilmente el régimen fue escarbando nuestras vidas.
Una vez convertidos en obrero-estudiantes, esa "terapia ocupacional", no nos permitía pensar ni hacer otras cosas. La exigencia en los centros de trabajos era demencial. A los maestros nos tenían agobiados de tareas, a tal punto que casi no teníamos tiempo para preparar nuestras clases. Nos exigían formar círculos de interés, círculos de monitores, llevar a los alumnos al huerto escolar, hacer visitas a museos, fábricas, etc.¡Mi dios!, hasta nos convirtieron en exploradores. Cada mes debíamos cumplir con una exploración diferente y tener un circulo de interés de PIONEROS EXPLORADORES.
Otra cosa, participar en la banda escolar y asistir a ensayos y presentaciones. ¡Ojo!, nosotros la Generación Experimento, en medio de toda esa vorágine, nos convertimos, en los 80's en esposas y madres, funciones que milagrosamente lográbamos cumplir, a medias. Todos los días iban apareciendo nuevos métodos para mantenernos ocupados todo el tiempo y un buen día aparecieron las Milicias de Tropas Territoriales, las malditas (MTT) que, además de donarles voluntariamente (obligadamente) un "día de haber", o sea, un día del salario miserable del mes, en cualquier momento, te movilizaban porque era "inminente" un ataque directo del imperialismo yanqui.
¿Qué días serian esos "ataques"? Oigan esto, el día de "Las madres", "La Nochebuena", días festivos o conmemorativos, cuando por tradición se reunía la familia cubana.
Así, así fue como ese régimen maldito nos robó nuestra adolescencia, nuestra vida. Parecíamos corderos adiestrados, salíamos del trabajo a la escuela nocturna, a las reuniones del Comité, de la Federación y los militantes se reunían en su Comité de base a leer plenos o discursos del comandante que luego nos obligaban a nosotros a estudiar.
Esos fueron los primeros años de los 80's para mi generación. Estudio, trabajo y fusil y mucha chivatería revolucionaria.
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