domingo, 16 de noviembre de 2014

La herencia



Por Lucy Ramón.


Casi todos soñamos con que repentinamente aparezca una herencia, dejada por un ancestro de esos que, pensaron en las generaciones venideras. ¿Qué tal si un gallego o catalán de esos, famosos por ser "chichos duranones", se les haya ocurrido pensar en nosotros?. La suerte es loca y a cualquiera le toca.


Heredar una fortuna es algo tan milagroso que, el mejor consejo que nos damos es seguir "doblando el lomo", a menos, eso pensamos las personas responsables que tenemos el sueño de vivir lo mejor posible y en abundancia, que para eso vinimos a este mundo, a ser y tener todo lo que nos propongamos.

Hay quienes se conforman con heredar de sus bisabuelos, abuelos y padres la desgracia del Walfare. Generación tras generación, van heredando el mismo patrón de parásito del gobierno por lo que su espíritu de superación está quebrantado y se limitan a vivir de los programas sociales que les provee el gobierno. Programas para los cuales deben reunir una serie de requisitos que les permita calificar y muchas veces mienten para obtenerlos.

Estos herederos del Walfare, cuentan uno a uno los sellos de alimentos y muchos de ellos hasta los venden para pagar el Iphone o el BlackBerry que tienen a nombre de un amigo para que no les quiten el celular free y otros beneficios que les da el gobierno. Las hay (madres) que paren todos los años para seguir viviendo del Walfare y venden sus "fustan" (food stamps) para fumar, hacerse las uñas acrílicas y hacerse el pelo.

Los programas sociales son maravillosos e imprescindibles para personas que realmente los necesitan pero se convierten en un mal sin fondo para familias enteras que se acostumbran a no trabajar y a vivir de los demás.  El ser humano debe estar consciente de su papel dentro de la sociedad y el recibir sin aportar el más mínimo esfuerzo, es algo muy negativo que, lo insta a convertirse en un individuo mentiroso y sin decoro.

Cuando el estado es quien provee y controla la salud, la educación, la vivienda, se convierte en dueño de la vida del ciudadano y ejerce poder sobre el mismo. Los herederos del Walfare, prefieren entregarle al gobierno su vida, antes de asumir sus responsabilidades y así, así, hermanos míos, ningún país avanza. El estado debe proveer y proteger al ciudadano con las herramientas que necesita para su autosuficiencia como individuo, no hacerse responsable de sus vidas, a costas del trabajo de quienes aportamos al país.

Heredar la miseria espiritual es como heredar una enfermedad congénita. Los herederos del Walfare, son los que con su voto, colocan en sus posiciones a políticos y presidentes tan mentirosos e irresponsables como ellos. Se acercan la elecciones y va siendo hora de que tomemos conciencia de que esta Gran Nación está obligada, por el bien de todos, a rescatar los valores, los sueños y el respeto que poco a poco hemos ido perdiendo entre falsas promesas y malas administraciones.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario