El régimen castrista reivindicó la Navidad, luego de cincuenta y pico de años. Los esclavos, perdón, los cubanos que, agachados esperan los antojos y voluntades del amo, vieron este gesto "divino"como algo muy grande y por eso, aplaudieron y celebraron su Nochebuena autorizada.
Para la fe cristiana, pudiera interpretarse como un milagro o respuesta a tantos años de oración y ayunos. Los revencudos, los desafiantes y contestarios durante años, se arriesgaron a asar su puerquito, no ya como celebración religiosa sino como tradición aprendida de sus padres y abuelos y que por nada del mundo se dejaron arrebatar.
Entre los "cambios" raulistas, se ha establecido oficialmente el dia de Navidad como un descanso para la clase trabajadora y desde entonces, el "aquí no ha pasado nada", borró de acuajo, mi niñez, mi juventud y el resto de mis años sin Navidad.
Y que nadie se crea que la Navidad en Cuba fue borrada del calendario porque estaba comprobado que Jesús no nació el 25 de diciembre, eso se supo después. La dictadura, en su afán de alejarnos de dios, se ensañó con todo aquello que pudiera "contaminarnos" con el amor al prójimo y sobretodo con quien le hiciera competencia al Ego del comandante en jefe.
Además, los gritos de Viva Cristo Rey de cada uno de los fusilados eran como sentencia a la floreciente tiranía. El diablo sabe y tiembla.
¡Vanidad de vanidades! Contra el Creador NADIE PUEDE.
Dios es paciente y perspicaz y nos dio su tiempo para demostrarles a los tiranos que gobiernan en nuestro país que la Victoria es de El. Y aquí estamos, esperando para reunirnos en familia en nombre de dios, aún sabiendo que su hijo no nació ese día.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario