domingo, 16 de noviembre de 2014

La verdadera historia de Cenicienta, Parte I



Por Lucy Ramón.


Crecer, viajar y descubrir cosas, ha sido el proceso de mi vida. No paro de encontrar respuestas diferentes y romper con viejos esquemas… y los cuentos tradicionales no son la excepción. 


Me reservare la fuente pero les puedo asegurar que pongo las manos al fuego por ella. Caballeros que cuando uno cree que lo ha visto y escuchado todo, ¡zas!, ahí mismo te encuentras con cada cosas. Ahora resulta que me he pasado 50 de mis 53 años totalmente engañada y lo peor, he engañado a mis hijas, nietos, ex alumnos y a cuanto muchacho le conté el cuento de La Cenicienta

Todo comenzó cuando la muy zorrilla abrió su cuenta de Fb con un perfil falso y se dio a la tarea de cazar a su víctima. Ni Cenicienta se llamaba, esa infeliz. Su verdadero nombre era Celedonia Vicenta pero como estaba consciente de que con ese nombre, le resultaría difícil lograr sus objetivos, se dedicó a jugar con las sílabas de su horrible combinación de nombres y acertó con Cenicienta.

Esta chica era la pata del diablo. Le tenía hecha la vida un yogurt a sus hermanas, se ponía sus ropas sin pedirselas, les robaba los maquillajes y cargaba en su mochila todo lo ajeno y regresaba a casa cuando mejor le parecía y tiraba un chicharo y con el cuento de "pobrecita la...", no cooperaba con las tareas del hogar. A ella, sólo buscala para tragar y estar en las redes sociales. 

Vicenta, digo , Cenicienta tenía a sus padres hasta la coronilla con sus desatinos. Tenía su Twitter, estaba en Instagram y no salía del Fb, ni cuando manejaba.Todo el tiempo texteando y subiendo fotos. ¿Qué fotos podría subir , si ella era una joven que pesaba cerca de trescientas libras y para colmo, tenía una nariz horrible? ...de las orejas … ¡Ni hablar! Parecía una vaca pastando.

Pero, ya les dije, la vaca tenía bien claros "sus objetivos".
Continuará...

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