Por Lucy Ramón.
¿Se recuerdan de Meñique?. Raúl Castro está como el padre de la princesa, dándole tareas casi imposibles a Meñique para no casarla con ese enano, aún cuando éste demostró sus habilidades en cada prueba de fuego.
Después de que Obama le dio la mano y aprobó una serie de medidas para suavizar el embargo, el rey de Cuba esclava, quiere que le levanten de acuajo el embargo completo y le paguen trillones a razón de daños causados por esa suspensión de créditos y además exige que le devuelvan Guantánamo. Lo de la Ley de Ajuste es mentira, al régimen castrista no le conviene abolir esa ley, ellos dicen eso para que le llevemos la contraria: "no quiero, échemelo en el sombrero".
Raúl pone todos esos periquitos porque está convencido de que, si los yanquis logran penetrar al régimen, ese va a ser su final y como casi todos esos tracatanes tienen sus manos manchadas de sangre, en la primera que se descuiden, los ensartan y los llevan a la justicia, así como le hicieron al dictador de Rumania y a su esposa que, les cazaron la pelea, le hicieron un juicio sumarísimo, los sacaron a la calle y....¡pum! ¡Se acabó!.
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