Por Lucy Ramón.
Qué creen, ¿que porque mi tía murió cuando yo tenia trece años, no la lloro y siento su ausencia?. Cada vez que su carita linda levanta la tapa de mis recuerdos y se asoma a mi mente, una mezcla de dolor y alegría se adueña de mi y escucho su voz pausada diciéndome:
- Mire mi'ja (así me decía) cuando usted vea los rincones de una casa sucios, los rodapies manchados con una línea de churre formada por el roce de la frazada, cuando vea esa frazada puesta en el trapeador sucia, cuando usted una mujer tenga la tira del ajustador torcida y limpiandole los mocos a los muchachos con la bata de casa que trae puesta, con la mano o con la misma ropa de ellos, en esa casa, no tome ni agua. Eso es igual a llegar de la calle e ir directo al refrigerador sin lavarse las manos, tomar en un vaso marcado de labios, de café o sentarse a la mesa sin peinarse y con las manos sucias-.
Esa cantaleta era diaria y constante. No le gustaba que la gente se manoseara el pelo y si veía uno, ahí mismo la formaba pero yo me hacía la que no la oía y como a ella le encantaba peinarme, arrastraba mi banquito hasta su balance con el peine en la mano y venía mansita a peinarme, era su terapia. Desde el primer peinaso le pedía que me hiciera cuentos o anécdotas, a ella le gustaba hablar y contarme cosas. Cuando se le acabó el repertorio me repetia una y otra vez las mismas y yo me daba por sorprendida como si me estuviera contando algo nuevo.
Mi primo Pepe, entraba y salía, a veces contento, otras no tantas, a cada rato la casa estaba llena de parientes que venían a Santiago y mi tía no paraba atendiendo al batallón. Recuerdo que la primera vez que vi una grabadora fue el día que mi primo trajo una y me grabó todas las boberías que dije y las reproducía para reírnos. Ese día estábamos en el comedor mis tías Mercedes, Cota y Concha, mi primo Pepe y la ahijada. Habían llegado en la madrugada y al parecer, el regreso de la muchacha, le causó a mi primo una gran alegría. Tia Cota hablaba y la grababa, hablaba tía Concha e igual, a reírnos todos, como unos tontos.
La ahijada no decia ni Ji, le daba pena que la grabaran, finalmente, cuando el jueguito parecía haberse acabado, la muchacha habló algo y cuando mi primo puso la grabación, se puso roooooja de la pena. Estábamos gozando con aquel artefacto, como si fuéramos unos niños. Ese noche, mi primo no salió. En aquel tiempo en algunas casas había tv pero la señal era malísima y a nadie le llamaba mucho la atención y las personas eran felices cuando visitaban a sus parientes y se sentaban a conversar, tomaban un café y los muchachos jugábamos a la tacha, a la cinta, al escondido, etc. Esa era la costumbre, o bien se visitaban o sacaban los taburetes y balances para la acera y …¡a conversar se ha dicho!.
Un día, sorprendí a mi primo mirando a la ahijada de refilón y enseguida se lo dije a mi tia Mercedes.
- Tía, Pepe la miró con ojos de novio.
- No se lo diga a nadie, mi'ja.
Esta vez, las visitantes no se pasaron tantos dias y según se fueron, mi tía llamó "a capítulo" a su hijo.¡Era el momento de dar el consejo!. Para que mi tía no me mandara para mi casa, disimule estar haciendo una tarea, paré mi "guataca" para no perderme ni el sonido de las moscas.
- ¿Mi'jo usted va a salir hoy en la noche?
- Si, ¿por qué?, voy a casa de (......) a ver si se arreglan las cosas. Ella dice que va a becar los muchachos, así que sólo vendrán cada quince días.
- Mire mi'jo no se engañe, usted lo único que quiere de esa mujer es su sexo.
- ¡Ay mamá, no diga eso! Yo tengo otras mujeres y si fuera por....
Mi tía lo interrumpió.
- Usted es dueño de su vida y lo que usted decida, a mi no me quedará de otra que aceptarlo como madre y si esa es la que quiere, pues agarrela y casese con ella. Le prometo que haré hasta lo imposible por quererla pero escuche bien esto: El amor se hace, se construye con los años, con la fuerza de echar adelante una familia y no hay nada como la primera vez. Si te casas, el día de la boda ella estará comparándola con su boda anterior, si tienes un hijo, ella estará pensando todo lo que pasó alrededor de sus partos anteriores, sus hijos siempre sentirán celos de tu hijo, te pasarás la vida lidiando con hijos ajenos que quizás lleguen a respetarte pero nunca, aunque te esfuerces, te verán como un padre. Si fueran más pequeños y tú los educarás, las cosas fueran diferentes. Te digo hijo que lo pienses. Si esa mujer va a becar a sus hijos para estar feliz con un hombre, no esperes que será una buena madre con los tuyos. Los hombres quieren a los hijos de su mujer, en la medida que ella los amen.
Además, si tú tienes la posibilidad de hacer una vida con una mujer buena y de contra linda, bien bobo eres si no aprovechas -.
(Y en ese momento mi tía dio su estocada final)
- Ahí la tienes, a la ahijada de mi hermana, la muchacha está boba contigo.
- ¡Ay mamá!,¿que te pasa?, esa muchacha es muy niña pa'mi. Tú sabes que me gustan las mujeres con experiencia.
- Jajaja, ¿así que mujeres con "experiencia"?¿y quién enseñó a esas mujeres?
- ¡Sus maridos!¿quién si no?
- Pues agarra a tu mujer virgencita y vuelvela una "bandolera" para ti.
Hasta yo solté la carcajada, eso de volver bandolera a la ahijada, me causaba gracia, más cuando recordé aquel dia que mi primo la grabó y mientras todos nos reiamos, ella se moría de la pena. Mi tía se puso pie y con la mano en el hombro de su hijo le preguntó:
- ¿A ti te gusta la muchacha, si o no?, si me dices ahora mismo que ni siquiera te llama la atención, hoy mismo traime a esa que tú dices que quieres. Ya yo estoy vieja y enferma y sino te apuras, no conoceré a mis nietos.
Mi tía no mentía, ni le hacía teatros al hijo. Mi primo estaba seguro de que su madre querría a la mujer que él quisiera.
Continuará...
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