Por Lucy Ramon.
Últimamente, los países latinoamericanos están cantando victoria con la ratificación en el gobierno de ciertos personajes que, si los escuchas bien, sales corriendo a abrazarlos y a besarles sus pies. Estos nuevos burgueses, vestidos de democracia, llegan al poder, a través del voto, voto que le arrancan a las masas no pensantes y a las que les gusta que les hablen bonito.Triste realidad.
Los pueblos de América, acostumbrados al caudillismo, esperan que sus amos les arrebaten las riquezas a los ricos para repartirles el botin pero no caen el la cuenta de que sus amos son también parte de esa clase rica y en caso de robarles a los más ricos, esas riquezas van a parar a sus arcas personales.
¿Cómo estos atorrantes logran confundir a esas grandes muchedumbres?
Lo hacen, valiéndose de enardecidos discursos populistas a los que respaldan con pequeñas migajas y grandes promesas. Los pobres, al ser mayoría,siempre van a sufrir las consecuencias más negativas pero, los izquierdistas ricos, saben cómo atrofiarles sus cerebros. Primero, les hacen creer en una libertad y una democracia que luego, ellos mismos, se encargarán de manipular, enmendando las constituciones de los paises en los que gobiernan y así, se van perpetuando en el poder y en cada proceso electoral,le ganan ventajas a sus oponentes porque tienen en sus manos los medios de comunicación y el capital estatal, del que disponen a sus anchas.
Ahí está el caso de doña Cristina, en la Argentina, la señora posee una cuantiosa fortuna y se le ha comprobado su enriquecimiento ilícito, asi como gastos excesivos en joyas y otros lujos, sin embargo,en sus discursos populistas no se cansa de "abogar por los pobres" y los bobos le creen. No importa que esté vestida con ropas y joyas carísimas ni que su cartera y zapatos sibrepasen los quince mil dólares. La gente le cree.
En Nicaragua, el clan Ortega ya está despuntando en dinastía, según fuentes oficiales, el hijo del pederasta mayor, se está frotando las manos para hacerse del poder. En Venezuela, ya saben, El Gigante llegó pobre y cuando murió, sus hijas heredaron millones.
¿Y Cuba? ¡Agachate!. Los hijos y nietos de la caterva residen, en su mayoría fuera del pais y otros tantos, poseen propiedades en todas partes, gracias a todo lo que sus progenitores han logrado robarle al pueblo cubano por 58 años.
Y todavía hay ilusos que les creen. Aquí mismo, en USA, hay millonarios de izquierda a los que les fascina el Castroguevarismo y cuando están ante cámaras y micrófonos, les entra una "humildad" que estremece a cualquiera. Es muy fácil hablar de derechos, de explotación y de servir a los pobres con la panza y los bolsillos llenos.
Pero lo peor de todo es que esos canallas no tienen contrapartida, nosotros, los que si creemos en una sociedad más justa y vivible, no somos capaces de exponer una propuesta que arrase con ese populismo, sólo criticamos,ripostamos y desmentimos pero no tenemos nada que ofrecerles a esa masa enferma de esperar por un milagro de un dios que, al parecer también se presta para el engaño.
¿Qué mundo le dejamos a nuestros nietos?
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