El pasado 10 y 11 de octubre se efectuó la primera actividad del Proyecto Cuba Posible, dirigido por los ex editores de la revista católica Espacio Laical Lenier González y Roberto Veiga.
El evento tuvo lugar en el Centro Cristiano de Reflexión y Diálogo-Cuba (CCRD-C), de Cárdenas, en Matanzas, y en las conferencias y debates llevados a cabo se trató la soberanía y el futuro del país.
Según reportes periodísticos asuntos relativos a la soberanía en el imaginario nacional, la integración mundial y latinoamericana, en el sistema político, la sociedad civil y educación, fueron presentados por el jurista Julio César Guanche, los ensayistas Jesús Arboleya y Rafael Acosta, el politólogo Rafael Hernández, el psicólogo Ovidio D'Angelo, la historiadora Berta Álvarez, el sociólogo Aurelio Alonso y el periodista David Corcho.
En el coloquio denominado "Cuba: soberanía y futuro" participaron más de 64 intelectuales y activistas de la ciudad sede, La Habana, Holguín, Villa Clara y Santiago de Cuba y estuvo auspiciado por la Universidad de Oslo, Noruega.
Cuando renunciaron los ex redactores de Espacio Laical, Roberto Veiga y Lenier González se supuso que había una nueva crisis en la Iglesia Católica cubana. Alguien me preguntó ¿Qué tiene que ver los señores que proponen un plebiscito con la política interna en una revista de la Arquidiócesis de La Habana?
Mi respuesta ante la capciosa pregunta fue:
"La Plataforma Ciudadana por el Plebiscito Nacional Cubano viene planteando desde hace mucho tiempo que el régimen castrista está llevando a cabo diversas estratagemas políticas a fin de socavar las aspiraciones democráticas de la nación cubana.
Hemos rechazado cualquier tipo de consulta que no sea la planteada en el Plebiscito Nacional Cubano (Ver petición en línea), que como bien se conoce programa la cuestión de dejar sin efecto o no la constitución actual y establecer una asamblea constituyente que dote a la nación con una constitución democrática basada en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
En el sentido filosófico de la palabra, nuestra propuesta es totalmente "revolucionaria", cuanto es radical respecto a qué es lo que hay que hacer para la democratización del componente político del sistema cubano actual y no malgastar más recursos humanos, económicos y financieros.
La constitución castrista (reglamento del Partido Comunista de Cuba) es irreformable y mucho menos consensuable, como plantean estos politólogos y los promotores de Consenso Constitucional, una recién venida iniciativa, que algunas organizaciones apoyan sin tener en cuenta que este proyecto conduce lamentablemente a la perpetuidad del castrismo en el poder aun cuando no estén físicamente los hermanos Castro debido al blindaje político que tiene la Constitución actual.
Lo que está sucediendo en estos momentos, lo previmos desde el 2010 cuando lanzamos el Plebiscito Nacional Cubano, y solamente estamos siendo consecuentes con nuestros principios cívicos y democráticos llamando a rechazar todo tipo de maniobra castrista para mantenerse en el poder.
En estos precisos momentos, el régimen trabaja en un "nuevo texto constitucional", que someterá al escrutinio popular en un plebiscito. Qué casualidad, los Sres. Lenier González, Roberto Veiga, el jurista oficialista Julio César Guanche y el disidente Manuel Cuesta Morúa, a este último lo conocemos muy bien, coinciden en casi todo los puntos. ¿A quién quieren salvar a Cuba o al régimen?
Nadie se sorprenda si mañana viera a los ex editores de Espacio Laical y a Julio Cesar Guanche, bajo los auspicios de la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba, conformar la comisión de redacción de una nueva carta magna cubana.
Nadie se sorprenda tampoco si viera también al Sr. Manuel Cuesta Morúa al frente de la oposición moderada y democrática aceptando la nueva entelequia castrista, que seguramente le dará un pequeño espacio a la "oposición leal", una oposición domesticada al estilo de la existente en China y Vietnam.
La Arquidiócesis de La Habana, debe aclarar muchas cosas sobre los Sres. Lenier González y Roberto Veiga y sus raros comportamientos y con ello pondría punto final a los cuestionamientos de los radicales de dentro y fuera de la Isla.
El evento tuvo lugar en el Centro Cristiano de Reflexión y Diálogo-Cuba (CCRD-C), de Cárdenas, en Matanzas, y en las conferencias y debates llevados a cabo se trató la soberanía y el futuro del país.
Según reportes periodísticos asuntos relativos a la soberanía en el imaginario nacional, la integración mundial y latinoamericana, en el sistema político, la sociedad civil y educación, fueron presentados por el jurista Julio César Guanche, los ensayistas Jesús Arboleya y Rafael Acosta, el politólogo Rafael Hernández, el psicólogo Ovidio D'Angelo, la historiadora Berta Álvarez, el sociólogo Aurelio Alonso y el periodista David Corcho.
En el coloquio denominado "Cuba: soberanía y futuro" participaron más de 64 intelectuales y activistas de la ciudad sede, La Habana, Holguín, Villa Clara y Santiago de Cuba y estuvo auspiciado por la Universidad de Oslo, Noruega.
Cuando renunciaron los ex redactores de Espacio Laical, Roberto Veiga y Lenier González se supuso que había una nueva crisis en la Iglesia Católica cubana. Alguien me preguntó ¿Qué tiene que ver los señores que proponen un plebiscito con la política interna en una revista de la Arquidiócesis de La Habana?
Mi respuesta ante la capciosa pregunta fue:
"La Plataforma Ciudadana por el Plebiscito Nacional Cubano viene planteando desde hace mucho tiempo que el régimen castrista está llevando a cabo diversas estratagemas políticas a fin de socavar las aspiraciones democráticas de la nación cubana.
Hemos rechazado cualquier tipo de consulta que no sea la planteada en el Plebiscito Nacional Cubano (Ver petición en línea), que como bien se conoce programa la cuestión de dejar sin efecto o no la constitución actual y establecer una asamblea constituyente que dote a la nación con una constitución democrática basada en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
En el sentido filosófico de la palabra, nuestra propuesta es totalmente "revolucionaria", cuanto es radical respecto a qué es lo que hay que hacer para la democratización del componente político del sistema cubano actual y no malgastar más recursos humanos, económicos y financieros.
La constitución castrista (reglamento del Partido Comunista de Cuba) es irreformable y mucho menos consensuable, como plantean estos politólogos y los promotores de Consenso Constitucional, una recién venida iniciativa, que algunas organizaciones apoyan sin tener en cuenta que este proyecto conduce lamentablemente a la perpetuidad del castrismo en el poder aun cuando no estén físicamente los hermanos Castro debido al blindaje político que tiene la Constitución actual.
Lo que está sucediendo en estos momentos, lo previmos desde el 2010 cuando lanzamos el Plebiscito Nacional Cubano, y solamente estamos siendo consecuentes con nuestros principios cívicos y democráticos llamando a rechazar todo tipo de maniobra castrista para mantenerse en el poder.
En estos precisos momentos, el régimen trabaja en un "nuevo texto constitucional", que someterá al escrutinio popular en un plebiscito. Qué casualidad, los Sres. Lenier González, Roberto Veiga, el jurista oficialista Julio César Guanche y el disidente Manuel Cuesta Morúa, a este último lo conocemos muy bien, coinciden en casi todo los puntos. ¿A quién quieren salvar a Cuba o al régimen?
Nadie se sorprenda si mañana viera a los ex editores de Espacio Laical y a Julio Cesar Guanche, bajo los auspicios de la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba, conformar la comisión de redacción de una nueva carta magna cubana.
Nadie se sorprenda tampoco si viera también al Sr. Manuel Cuesta Morúa al frente de la oposición moderada y democrática aceptando la nueva entelequia castrista, que seguramente le dará un pequeño espacio a la "oposición leal", una oposición domesticada al estilo de la existente en China y Vietnam.
La Arquidiócesis de La Habana, debe aclarar muchas cosas sobre los Sres. Lenier González y Roberto Veiga y sus raros comportamientos y con ello pondría punto final a los cuestionamientos de los radicales de dentro y fuera de la Isla.
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