Por Lucy Ramón.
Un día entero se pasó la princesa brincando por encima de heces fecales y orina, tanto de humanos como de animales. Estaba resuelta a la conquista del negro simpático y hambriento por lo que todo sacrificio sería poco. Entre gafas, vestidito, satería y fotografías, así transcurrió su segundo día de estancia en La Habana, paseó por tienditas, montó bicitaxis y Pa'nfilo...¡Nada!. No aparecía ni en los centros espirituales.
Pero como la yerba que está pa'ti, no hay chivo que se la coma, al tercer dia, el negro resucitó, digo, apareció. Resulta que, los perros secuases de la princesa Verde, saben que, cuando a ella no se le dan las cosas se pone farruca y le da'por hacer locuras, montaron un operativo logístico para dar con el negrito que le hacía subir la temperatura a su jefa, ofrecieron unos dolaritos de recompesa y en menos de lo que envías un ''imel", dieron con el infeliz.
El pobre Pa'nfilo estaba sentado en el conten de la acera, exprimiendo la última gotica de Chipae'tren que le quedaba a una botella para envasar cerveza. Descalzo, sin camisa, con unas cutaras gastadas y cosidas con alambre, borracho como una uva y rodeado del piquete de borrachitos del solar, así encontraron a Pa'nfilo los guardaespaldas de la princesa Verde.
- ¿Quién de ustedes es Pa'nfilo, el de JAMA JAMA? - Preguntó el jefe.
- ¡Oye, Pa'nfilo, estos yumas te andan buscando! - le dijo uno de los borrachitos, zarandeandolo para que reaccionara.
- ¿Eh, qué bola' asere? ¿Tú me está sodomiando?. No te equivoque que yo si, no eso.
- ¡Muchacho, abre lo' sojo!. Este tipo quiere deciLte una cosa. Seguro que tu gente de "allá" te mandaron fula.
- Oiga señor Pa'nfilo - se le acercó uno de los ayudantes - Nosotros no vinimos a traerle nada, estamos aquí porque queremos que nos acompañe a un lu...
- ¿Qué?¿Que lo acompañe a ónde? Yo no he hecho na', ¿ahora tampoco uno puede darse uno traguito con lo vecino? ¡Contra!.
¿Hasta cuándo el abuso compadre? No aprieten ma' , miren que el negro Obama e'amiguito de Raúl y en cualquier momento, me veo visitando la casa Blanca. ¡Yo soy Pa'nfilo en La Habana y en la Yuma!
- No señor Pa'nfilo...
- ¿Señor Panfilo? - salto' uno de sus compañeros de borrachera - Jajajaja. ¿Qué Pa'nfilo es señor? Jajajaja, ¡Qué gracioso!
- Mire señor Pa'nfilo-continuó diciendo el auxiliar-hay una persona importante que quiere conocerlo y lo está esperando.
- ¿A mi, a Pa'nfilo? ¿Quién es ese peLsonaje dizque importante que quiere conocer a un muerto de hambre como yo?. Si es algún periodista yuma, dígale que la segurida'me tiene medi'o y no e' pa'un traje cualquiera, quieren vestiLme de "canadiense"y yo si no puedo darme el lujo de caeL preso.
El jefe de la escolta de la princesa se paró delante de aquel negro que se tambaleaba como un "porfiado", lo tomó por los brazos y buscando su mirada perdida por el alcohol le dijo:
- La señorita Paris Hilton quiere conocerte y te está esperando en su suite.
Dicen que, si detrás de él no llegan a estar dos de los guardaespaldas de la Hilton, Pa'nfilo se hubiera matado de la caída que se dio.
Ahí mismo se le quitó la borrachera, no hallaba qué hacer, ni qué decir. Creyó que se trataba de una broma pero, empezó a atar cabos en su mente y recordó que en todo el barrio se comentaba de la llegada de la millonaria que andaba caminando por La Habana.
Para sorpresa suya, como por arte de magia, apareció una muda de ropa de la "shopping", unos zapatos tocao's y enseguida entendió el mensaje: Paris te espera.
Continuará...
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