martes, 10 de marzo de 2015

P y P. Parte 5


Por Lucy Ramón.


Los dos decidieron que la noche les pertenecía y ese encanto nada ni nadie podría romperlo. El negro Pa'nfilo sabe cuándo debe ponerse el sombrero de Caballero y la atonlondrada de Paris, descubrió esa noche, que volvería a ser la niña buena que se había quedado extraviada en algún recoveco y al darla por perdida, prefirió esconderse detrás de escándalos y pornografía. 


Esta noche, los dos se propusieron ser ellos mismos. A Pa'filo le entró un remandingo insoportable, se sentía disfrazado de persona. Todo le molestaba.
- Paricita, mi niña, ¿puedo pedirte un favor? 
-¡Claro, Pa'nfilo!
- ¿Tú me permites quitarme esta indumentaria?.Me falta el aire con esta apretazon.

Paris lo ayudó a desatarse el nudo asfixiante de la corbata, le abrió el primer botón de la camisa, luego él solito fue, desabotonando poco a poco el resto, acto seguido volvió a sentarse para halarse los zapatos que le estaban mordiendo los juanetes y comprimiendole los cayos. Paris trató de convencerlo para que se quitara la camisa pero él se rehusó a quitársela.

- ¿Quién ha visto a un Caballero descamisado?
La princesa Verde, apretó un botoncito, dijo algo en inglés y le brindó un trago a su invitado.
- Lo siento amiga mía pero yo no bebo - dijo un Pa'nfilo abstemio. 
- No me engañes, sé que bebes e inclusive has estado recluido en centros para desentoxicacion de alcohólicos. 
- Si, es cierto, a cada rato, el régimen castrista manda a recogerme con el pretexto de ponerme bajo tratamiento pero es sólo un pretexto, porque si en realidad quisiera ayudarme más que encerrarme para que no beba por unos dias, debería resolverme mi problema. ¿Cómo crees que puede sentirse un hombre que sueña con vivir mejor y está dispuesto a trabajar y el gobierno de su país le cierra todas las posibilidades? .
- ¡Jum! ¡Eso suena feo!
- ¿Feo? No es que suene, esto hay que vivirlo.

Pa'nfilo le contó a su amiga que, él y sus vecinos casi no pueden conciliar el sueño porque temen que les caigan encima las paredes cuarteadas del edificio apuntado donde vive. Le dijo que los niños cubanos se acuestan y se levantan con hambre y que el cubano por orgullo, oculta el hambre que los agobia.

Cuando se dio cuenta que su princesa escuchaba boquiabierta todos sus pesares, decidió amenizar el ambiente, se encaramo' encima de una mesita de noche y haciendo el gesto del bocado empezó a gritar:

- Paris, en Cuba, lo que hace falta es ¡JAMA, JAMA, mucha JAMA!
La muchacha se desternillaba de la risa.
Un toque en la puerta, bajó a Pa'nfilo del pedestal.
La puerta se abrió y entró un séquito de sirvientes con sus respectivos encargos, uno le entregó a Pa'nfilo una bolsa grande de regalos y los tres restantes, se mantuvieron en espera de su turno de entrega.

Lo primero que sacó de la bolsa fueron unas chancletas lindisimas y al parecer muy cómodas, se las puso y sonrió complacido. Después siguió chequeando y sacando cosas, como hacen los magos cuando sacan maravillas de un sombrero mágico, caminó hasta una puerta lateral, la abrió, entró y estuvo dentro por más de media hora. Cuando salió del baño era otro.

Resulta que la Paris, preparó todos los detalles y contó además con los imprevistos. En aquel baño había de todo lo que un hombre necesita para transformarse y si de algo Dios dotó a Pa'nfilo fue de picardía y astucia.

- Esa maquinita de afeitarse es para mi, ese shampoo es para mi, ese jabón líquido y esa esponja, se llaman Pa'nfilo y el perfume, la crema, el desodorante, las toallitas para los pies, el talquito...¡to'esto es de este negro!.

Se cepillo los dientes, se puso la bata de salir del baño y cuando salió miró a la princesa y pensó: negro, esa blanca, también es tuya. Cuando Paris vio'al nuevo Pa'nfilo, pensó: Paris, ese negro es tuyo.¡Al ataque!.


Continuará...

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